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domingo, 2 de junio de 2013

Eros en el Museo de Málaga, de mito a tradición cultural: el artista y su musa


Eros como inspiración del artista


La tumba del poeta
Pedro Sáenz Sáenz (1864 – 1927).
Óleo sobre lienzo.
Museo de Málaga.
Donación familia del pintor al Museo de Málaga en 1961 con motivo de su instalación en el Palacio de Buenavista.


Mnemosine, la Memoria, tuvo nueve hermosas hijas dedicadas al cuidado de las Artes Liberales, las Musas, que se reunieron en torno a Apolo en un espacio natural que recibió el nombre de Museo. El artista estaba sujeto a su inspiración y pertenece a la tradición cultural occidental el flirteo entre ambos. Así, tanto se ansía la asistencia de las musas al acto creador, como la Musa se resiente por la inactividad del artista. En el marco del decadentismo de finales del siglo XIX y primer tercio del siguiente, el pintor malagueño Pedro Sáez representó el luto de la Musa por la muerte del poeta, donde se reflejó toda la simbología del llanto amoroso por la voz poética silenciada: las flores marchitas se abandonan desperdigadas ante el catafalco del poeta, su musa se recoge íntima con el pelo cubriendo su rostro para no mostrar su llanto y la lira, instrumento musical que representa al poeta, está velada por un tul negro en señal de duelo. La desnudez simbólica de la musa-modelo se mantiene en la línea clasicista de la tumba marmórea de su fondo, que se abre hacia el ambiente mediterráneo que presta su nítida luz al desamparo de la enamorada en ausencia de su cantor.

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