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lunes, 13 de noviembre de 2017

Una pila bautismal mudéjar en el Museo de Málaga.


Pila bautismal. Museo de Málaga © del autor.


En la exposición permanente del Museo de Málaga desde su inauguración, de la que se cumplirá en fechas próximas su primera aniversario, está alcanzando popularidad la taza de una pila bautismal en cerámica vidriada trianera que podemos datar en torno a finales del siglo XV o principios del siglo XVI para la cristianización de la provincia de Málaga. Morfológicamente, la pila bautismal del Museo de Málaga la conforma un perfecto cuerpo cóncavo semiesférico de aproximadamente 50,00 centímetros de altura y diámetro máximo en su labio superior de 96,00 centímetros y mínimo inferior de 56,00 centímetros, que presenta en el centro de su base un aliviadero circular de escasas dimensiones. Decorativamente, la pieza presenta dos amplias bandas circulares superpuestas que ocupan la integridad de su cuerpo con decoración excisa, enmarcadas y separadadas por tres medias cañas, que repiten asimétricamente dos sinuosos sarmientos de los que nacen esquemáticos racimos de uvas lanceolados, pámpanos y hojas de vid. El labio superior lo cierra un grueso borde exvasado, que recorre en su base un cíngulo cordado con nudos. 

 

Pila bautismal antes de su intervención en 2015 © del autor.

 No tenemos constancia de la primera intervención de la pieza, de la que aún conserva para su consolidación una amplia cincha metálica con pasadores de rosca con tuerca y el empleo de una sustancia impermeabilizante que cubrió todo su interior desde la base al labio superior, con la posible finalidad de emplear la pieza como exorno de la Alcazaba malagueña, bien como fuente o como amplio macetero. Existe un primer informe realizado por personal del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de Sevilla para su restauración en el año 1993, que quedó sin ejecución por apuros presupuestarios, y llevada a cabo por la misma institución en encomienda por Orden de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía el pasado año 2014, para la que se propuso limpieza superficial y tratamiento de las lagunas o pérdidas de la pieza. Finalmente, la ejecución fue realizada al año siguiente por la empresa ÁRTYCO en los locales del museo, tomándose la decisión conjunta entre todos los técnicos de que la mejor garantía de conservación estructural del bien cultural sería no eliminar el encinchado metálico y, por recuperar la lectura estética e histórica de la pieza, convenía la eliminación del material interno que la recubría, recuperando así su vidriado interno original y removiendo la capa sucia, irregular y rugosa del impermeabilizante, hasta llegar a alcanzar su base de la que se decidió proceder a su limpieza, consolidación y tintado por no ser aconsejable su retirada por posible falta de consistencia del material subyacente.  


Prueba de eliminación de la sustancia para comprobar el estado del vedrio interno © del autor.

Eliminación, consolidación de grietas y conservación de la sustancia en su base © del autor.

Estado final tras el tintado de la sustancia interna de la base © del autor.

La tipología es singular entre las producciones cerámicas de los alfares trianeros de finales del siglo XV y primera mitad de la siguiente centuria, en las que se combinaron en perfecto sincretismo las técnicas tradicionales de la cerámica hispano-musulmana con sus nuevos usos religiosos, a través del empleo de motivos decorativos cristianizados. Las notables necesidades de cristianización de los territorios peninsulares reconquistados durante el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón requirieron de mano de obra, materiales y procedimientos constructivos económicos y rápidos, lo que popularizaron estas producciones cerámicas para las nuevas construcciones religiosas en toda Andalucía oriental. Como decimos, la tipología fue similar en todos los casos: un pedestal que conformaba una sólida base abalaustrada o apilastrada, que sustentaba una amplia vasija cóncava de grueso borde exvasado y el general vidriado de las piezas mediante un intenso verde manganeso. La decoración se realizaba sobre la superficie lisa de la pieza, mediante pequeños motivos confeccionados a molde y adheridos a la superficie cerámica con barbotina, como manifiesta la pérdida de algunos de los fragmentos decorativos en el ejemplar del Museo de Málaga, con la perfecta huella de los elementos decorativos perdidos y que la restauración no enmascaró para mantener huella de su tradicional procedimiento técnico. A veces, estos motivos excisos se combinaron con el empleo de esgrafiados y estampillados. Iconográficamente, los artesanos mudéjares aplicaron un amplio repertorio heráldico, vegetal y de simbología cristiana, empleándose además los monogramas de Cristo y María, leyendas en caracteres góticos y monogramas de los Reyes Católicos, incluyendo los leones rampantes y castillos ilustrativos de sus correspondientes reinos. En la decoración de carácter cristianizante se emplearon motivos más usuales de conchas, pequeñas figuras de santos, piñas, rosetas u otros símbolos con adscripción religiosa. 


Motivos vegetales en la decoración de la Pila Bautismal con significado eucarístico © del autor.
 

Pérdidas de figuras a molde, adheridas a la pieza mediante barbotina © del autor.

Desconocemos la procedencia de la pila bautismal que nos ocupa, de cuya existencia provincial María Dolores Aguilar sólo pudo localizar tres ejemplares: la del Museo de Málaga, otra en el Museo de la ciudad de Antequera y la única conservada in situ en la ermita de la Virgen de Gracia de Archidona (Málaga), las dos últimas con sus respectivos pedestales. La explicación de su escasez en la diócesis malagueña la encontramos en la disposición dada en 1671 por el Obispo de Málaga, el dominico Fray Alonso de Santo Tomás (1631-1692), quien prohibió la continuidad del empleo de este tipo de pilas bautismales en las iglesias parroquiales provinciales y su sustitución por las ejecutadas en materiales pétreos, incluso dictaminando que las piezas retiradas debían de ser eliminadas por su carácter poco ortodoxo debido a las técnicas y alfareros que las realizaron. Por ello, debemos suponer que esta pieza debió ser desmontada y abandonada en torno a esa fecha e ingresada en el Museo Arqueológico Provincial de Málaga a partir de 1947 ya descabalada, pues no aparece vinculada a las colecciones del Museo Provincial de Bellas Artes desde 1915. La procedencia puede ser ligeramente vislumbrada por la lectura iconográfica del bien cultural que, junto a la alusión eucarística de las amplias bandas de decoración vegetal de sarmientos, pámpanos y racimos, presenta el típico cordón franciscano que recorre el borde de la pieza bajo su grueso labio superior, que puede vincularla a alguna iglesia de esta Orden. 
 

Pila Bautismal del Museo de la ciudad de Antequera © del autor.

No obstante, la pieza más cercana en producción, dimensiones y diseño decorativo es la Pila Bautismal procedente del sevillano Hospital de San Lázaro, depositada por la Excma Diputación Provincial de Sevilla en su Museo Arqueológico en el año 1972. La obra presenta unas dimensiones de 57,20 centímetros de altura, diámetro máximo de 94,80 centímetros y 21,60 de diámetro en su base, de tamaño muy similar a la malagueña, que soporta un ancho pie cerámico con la misma decoración. Ésta se conforma por igual cíngulo franciscano bajo el amplio labio superior, que repite en las molduras superior e inferior del soporte cerámico de la pila, del que no disponemos en el Museo de Málaga. La decoración, altamente gotizante en expresión de Juan Alonso de la Sierra, presenta la misma decoración vegetal que se complica en la banda decorativa inferior del cuerpo globular de la pila sevillana, más sencillo en la estructuración decorativa del ejemplar malagueño, aún empleando las mismas bandas. Curiosa es la presencia en el soporte de la pila bautismal sevillana de dos pequeños rostros masculinos barbados en la parte superior de su banda con decoración vegetal, que el investigador antes mencionado relaciona con el santo bajo el que se encuentra la advocación del Hospital: San Lázaro. En Málaga también existió un lazareto en la Plaza de la Victoria, donde aún hoy se conserva como parroquial su Iglesia de San Lázaro, de donde quizá podamos apuntar una posible procedencia, sin ir más allá de una plausible hipótesis. 

Pila bautismal del Horpital de San Lázaro del Museo Arqueológico de Sevilla © Juan Alonso de la Sierra, 1982.
 

La obra se instaló sobre un amplio pie metálico en las salas destinadas a las colecciones de arqueología de la Alcazaba malagueña, aunque nos consta que estuvo ocupando algún otro lugar como exorno de los patios y jardines del monumento, para la que debió recibir la impermeabilización interna de la pieza. Cuando las obras se trasladaron a almacenes provisionales junto a la Biblioteca Provincial de Málaga, tras la devolución municipal de los locales que ocupaba el Museo de Málaga en la Alcazaba, la pieza conservó sus dos trípodes metálicos combinados para su soporte, actualmente sustituidos por un plinto con base circular, donde se aloja iluminación de fibra óptica direccionable, y soporte cilíndrico en evocación del pie cerámico que debió poseer en su origen. 





Sala arqueológica en la Alcazaba, con la pieza exhibida sobre dos trípodes metálicos combinados. 
 
Previa a la presentación actual, la pila bautismal formó parte de las piezas expuestas temporalmente en: Málaga Moderna. Siglos XVI, XVII y XVIII, organizada por la Universidad de Málaga en la Sala de Exposiciones del Rectorado entre el 10 de marzo y el 15 de mayo del año 2011. Podemos afirmar que fue con motivo de la selección de obras del Museo de Málaga para este proyecto y la redacción de la ficha para su catálogo cuando se despertó la curiosidad por esta pieza y pronto se percibió la singularidad de dicho bien cultural. Sobre la base de dichas pesquisas, que aún no damos por concluidas, y la disposición museográfica que se le dio en la sala de exposición universitaria han pivotado las posteriores actuaciones en su inclusión en el guión museológico y ejecución museográfica para el Museo de Málaga en su nueva sede del Palacio de la Aduana. 



Málaga Moderna. Siglos XVI, XVII y XVIII
Sala de Exposiciones del Rectorado, 2011 © del autor.

Su actual popularidad sin duda procede de una relectura en el nuevo discurso museológico para el Palacio de la Aduana de su singularidad histórico-artística y por el formato y belleza de la pieza, que creo subraya el elemento museográfico para su exhibición y la ubicación que encuentra en la articulación espacial de su sala.

Bibliografía.

AGUILAR GARCÍA, María Dolores, Málaga mudéjar. Arquitectura religiosa y civil, Málaga, Universidad de Málaga, Diputación Provincial de Málaga, 1979, pp. 225-226 (7.3.1. Pilas Bautismales).
CARRETERO, Andrés, FERNANDEZ, Matilde, LIMÓN, Antonio, MORCILLO, María Ángela, ORTIZ, Carmen. PAOLETTI, Celsa y PÉREZ, Ángel, Cerámica popular de Andalucía, Madrid, Editora Nacional, 1984.
PALOMARES SAMPER, José Ángel, “Pila bautismal” en VILLAS TINOCO, Siro, Málaga Moderna, Siglos XVI,XVII y XVIII [Catálogo exposición Rectorado Universidad de Málaga, 10 de marzo al 15 de mayo de 2011], Málaga. Universidad de Málaga, 2011, en pp. 180-181 [Reproducción en color pág. 181]. 
SIERRA FERNÁNDEZ, Juan Alonso de la, "Pilas bautismales mudéjares del museo arqueológico de Sevilla", Museos 1, Madrid, Ministerio de Cultura, 1982, pp. 45-46.

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