Pila bautismal. Museo de Málaga © del autor.
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En la exposición permanente del Museo de Málaga
desde su inauguración, de la que se cumplirá en fechas próximas su primera
aniversario, está alcanzando popularidad la taza de una pila bautismal en
cerámica vidriada trianera que podemos datar en torno a finales del siglo XV o
principios del siglo XVI para la cristianización de la provincia de Málaga. Morfológicamente,
la pila bautismal del Museo de Málaga la conforma un perfecto cuerpo
cóncavo semiesférico de aproximadamente 50,00 centímetros de altura y diámetro máximo en su labio
superior de 96,00 centímetros y mínimo inferior de 56,00 centímetros, que
presenta en el centro de su base un aliviadero circular de escasas
dimensiones. Decorativamente, la pieza presenta dos amplias bandas circulares superpuestas que
ocupan la integridad de su cuerpo con decoración excisa, enmarcadas y separadadas por tres medias
cañas, que repiten asimétricamente dos sinuosos sarmientos de los que nacen
esquemáticos racimos de uvas lanceolados, pámpanos y hojas de vid. El labio superior lo cierra un grueso
borde exvasado, que recorre en su base un cíngulo cordado con nudos.
No tenemos constancia de la primera intervención
de la pieza, de la que aún conserva para su consolidación una amplia cincha
metálica con pasadores de rosca con tuerca y el empleo de una sustancia
impermeabilizante que cubrió todo su interior desde la base al labio superior,
con la posible finalidad de emplear la pieza como exorno de la Alcazaba
malagueña, bien como fuente o como amplio macetero. Existe un primer informe
realizado por personal del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de
Sevilla para su restauración en el año 1993, que quedó sin ejecución por apuros
presupuestarios, y llevada a cabo por la misma institución en encomienda por Orden de la
Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía el pasado año 2014, para la que se propuso
limpieza superficial y tratamiento de las lagunas o pérdidas de la pieza.
Finalmente, la ejecución fue realizada al año siguiente por la empresa ÁRTYCO en los locales del
museo, tomándose la decisión conjunta entre todos los técnicos de que la mejor
garantía de conservación estructural del bien cultural sería no eliminar el
encinchado metálico y, por recuperar la lectura estética e histórica de la
pieza, convenía la eliminación del material interno que la recubría,
recuperando así su vidriado interno original y removiendo la capa sucia, irregular y
rugosa del impermeabilizante, hasta llegar a alcanzar su base de la que se decidió
proceder a su limpieza, consolidación y tintado por no ser aconsejable su retirada por
posible falta de consistencia del material subyacente.
Prueba de eliminación de la sustancia para
comprobar el estado del vedrio interno © del autor.
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Eliminación, consolidación de grietas y
conservación de la sustancia en su base © del autor.
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Estado final tras el tintado de la sustancia
interna de la base © del autor.
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La tipología es singular entre las producciones
cerámicas de los alfares trianeros de finales del siglo XV y primera mitad de
la siguiente centuria, en las que se combinaron en perfecto sincretismo las
técnicas tradicionales de la cerámica hispano-musulmana con sus nuevos usos
religiosos, a través del empleo de motivos decorativos cristianizados. Las
notables necesidades de cristianización de los territorios peninsulares
reconquistados durante el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón
requirieron de mano de obra, materiales y procedimientos constructivos
económicos y rápidos, lo que popularizaron estas producciones cerámicas para las
nuevas construcciones religiosas en toda Andalucía oriental. Como decimos, la
tipología fue similar en todos los casos: un pedestal que conformaba una sólida
base abalaustrada o apilastrada, que sustentaba una amplia vasija cóncava de grueso borde exvasado y el general vidriado de las piezas mediante un intenso verde
manganeso. La decoración se realizaba sobre la superficie lisa de la pieza,
mediante pequeños motivos confeccionados a molde y adheridos a la superficie
cerámica con barbotina, como manifiesta la pérdida de algunos de los fragmentos
decorativos en el ejemplar del Museo de Málaga, con la perfecta huella de los elementos
decorativos perdidos y que la restauración no enmascaró para mantener huella de su tradicional procedimiento técnico. A veces, estos motivos excisos se combinaron con el empleo de esgrafiados y
estampillados. Iconográficamente, los artesanos mudéjares aplicaron un amplio
repertorio heráldico, vegetal y de simbología cristiana, empleándose además los monogramas de Cristo
y María, leyendas en caracteres góticos y monogramas de los Reyes
Católicos, incluyendo los leones rampantes y castillos ilustrativos de sus correspondientes reinos. En la decoración de carácter
cristianizante se emplearon motivos más usuales de conchas, pequeñas figuras de santos, piñas, rosetas u otros símbolos con adscripción religiosa.
Motivos vegetales en la decoración de la Pila
Bautismal con significado eucarístico © del autor.
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Desconocemos la procedencia de la pila bautismal
que nos ocupa, de cuya existencia provincial María Dolores Aguilar sólo pudo
localizar tres ejemplares: la del Museo de Málaga, otra en el
Museo de la ciudad de Antequera y la única conservada in situ en la ermita de la Virgen de Gracia de Archidona (Málaga), las dos
últimas con sus respectivos pedestales. La explicación de su escasez en la diócesis malagueña la encontramos en la
disposición dada en 1671 por el Obispo de Málaga, el dominico Fray Alonso de
Santo Tomás (1631-1692), quien prohibió la continuidad del empleo de este tipo de pilas bautismales en
las iglesias parroquiales provinciales y su sustitución por las ejecutadas en
materiales pétreos, incluso dictaminando que las piezas retiradas debían de ser eliminadas
por su carácter poco ortodoxo debido a las técnicas y alfareros que las realizaron.
Por ello, debemos suponer que esta pieza debió ser desmontada y abandonada en
torno a esa fecha e ingresada en el Museo Arqueológico Provincial de Málaga a
partir de 1947 ya descabalada, pues no aparece vinculada a las colecciones del Museo
Provincial de Bellas Artes desde 1915. La procedencia puede ser ligeramente
vislumbrada por la lectura iconográfica del bien cultural que, junto a la
alusión eucarística de las amplias bandas de decoración vegetal de sarmientos,
pámpanos y racimos, presenta el típico cordón franciscano que recorre el borde
de la pieza bajo su grueso labio superior, que puede vincularla a alguna iglesia de esta Orden.
No obstante, la pieza más cercana en producción, dimensiones y diseño decorativo es la Pila Bautismal procedente del sevillano Hospital de San Lázaro, depositada por la Excma Diputación Provincial de Sevilla en su Museo Arqueológico en el año 1972. La obra presenta unas dimensiones de 57,20 centímetros de altura, diámetro máximo de 94,80 centímetros y 21,60 de diámetro en su base, de tamaño muy similar a la malagueña, que soporta un ancho pie cerámico con la misma decoración. Ésta se conforma por igual cíngulo franciscano bajo el amplio labio superior, que repite en las molduras superior e inferior del soporte cerámico de la pila, del que no disponemos en el Museo de Málaga. La decoración, altamente gotizante en expresión de Juan Alonso de la Sierra, presenta la misma decoración vegetal que se complica en la banda decorativa inferior del cuerpo globular de la pila sevillana, más sencillo en la estructuración decorativa del ejemplar malagueño, aún empleando las mismas bandas. Curiosa es la presencia en el soporte de la pila bautismal sevillana de dos pequeños rostros masculinos barbados en la parte superior de su banda con decoración vegetal, que el investigador antes mencionado relaciona con el santo bajo el que se encuentra la advocación del Hospital: San Lázaro. En Málaga también existió un lazareto en la Plaza de la Victoria, donde aún hoy se conserva como parroquial su Iglesia de San Lázaro, de donde quizá podamos apuntar una posible procedencia, sin ir más allá de una plausible hipótesis.
La obra se instaló sobre un amplio pie metálico en las salas destinadas a las colecciones de arqueología de la Alcazaba malagueña, aunque nos consta que estuvo ocupando algún otro lugar como exorno de los patios y jardines del monumento, para la que debió recibir la impermeabilización interna de la pieza. Cuando las obras se trasladaron a almacenes provisionales junto a la Biblioteca Provincial de Málaga, tras la devolución municipal de los locales que ocupaba el Museo de Málaga en la Alcazaba, la pieza conservó sus dos trípodes metálicos combinados para su soporte, actualmente sustituidos por un plinto con base circular, donde se aloja iluminación de fibra óptica direccionable, y soporte cilíndrico en evocación del pie cerámico que debió poseer en su origen.
Pila bautismal del Horpital de San Lázaro del Museo Arqueológico de Sevilla © Juan Alonso de la Sierra, 1982. |
La obra se instaló sobre un amplio pie metálico en las salas destinadas a las colecciones de arqueología de la Alcazaba malagueña, aunque nos consta que estuvo ocupando algún otro lugar como exorno de los patios y jardines del monumento, para la que debió recibir la impermeabilización interna de la pieza. Cuando las obras se trasladaron a almacenes provisionales junto a la Biblioteca Provincial de Málaga, tras la devolución municipal de los locales que ocupaba el Museo de Málaga en la Alcazaba, la pieza conservó sus dos trípodes metálicos combinados para su soporte, actualmente sustituidos por un plinto con base circular, donde se aloja iluminación de fibra óptica direccionable, y soporte cilíndrico en evocación del pie cerámico que debió poseer en su origen.
Sala arqueológica en la Alcazaba, con la pieza exhibida sobre dos trípodes metálicos combinados.
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Previa a la presentación actual, la pila bautismal formó parte de las piezas expuestas temporalmente en: Málaga Moderna. Siglos XVI, XVII y XVIII,
organizada por la Universidad de Málaga en la Sala de Exposiciones del
Rectorado entre el 10 de marzo y el 15 de mayo del año 2011. Podemos afirmar
que fue con motivo de la selección de obras del Museo de Málaga para este
proyecto y la redacción de la ficha para su catálogo cuando se despertó la
curiosidad por esta pieza y pronto se percibió la singularidad de dicho
bien cultural. Sobre la base de dichas pesquisas, que aún no damos por concluidas,
y la disposición museográfica que se le dio en la sala de exposición
universitaria han pivotado las posteriores actuaciones en su inclusión en el
guión museológico y ejecución museográfica para el Museo de Málaga en su nueva
sede del Palacio de la Aduana.
Málaga Moderna. Siglos XVI, XVII y XVIII.
Sala de Exposiciones del Rectorado, 2011 © del autor.
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Su actual popularidad sin duda procede
de una relectura en el nuevo discurso museológico para el Palacio de la Aduana
de su singularidad histórico-artística y por el formato y belleza de la pieza,
que creo subraya el elemento museográfico para su exhibición y la ubicación que
encuentra en la articulación espacial de su sala.
Bibliografía.
AGUILAR GARCÍA, María Dolores, Málaga mudéjar. Arquitectura religiosa y civil, Málaga, Universidad
de Málaga, Diputación Provincial de Málaga, 1979, pp. 225-226 (7.3.1. Pilas
Bautismales).
CARRETERO, Andrés, FERNANDEZ, Matilde, LIMÓN, Antonio,
MORCILLO, María Ángela, ORTIZ, Carmen. PAOLETTI, Celsa y PÉREZ, Ángel, Cerámica popular de Andalucía, Madrid,
Editora Nacional, 1984.
PALOMARES SAMPER, José Ángel, “Pila bautismal” en VILLAS
TINOCO, Siro, Málaga Moderna, Siglos
XVI,XVII y XVIII [Catálogo exposición Rectorado Universidad de Málaga, 10
de marzo al 15 de mayo de 2011], Málaga. Universidad de Málaga, 2011, en pp.
180-181 [Reproducción en color pág. 181].
SIERRA FERNÁNDEZ, Juan Alonso de la, "Pilas bautismales mudéjares del museo arqueológico de Sevilla", Museos 1, Madrid, Ministerio de Cultura, 1982, pp. 45-46.
SIERRA FERNÁNDEZ, Juan Alonso de la, "Pilas bautismales mudéjares del museo arqueológico de Sevilla", Museos 1, Madrid, Ministerio de Cultura, 1982, pp. 45-46.
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