Retrato de Jean-Pierre Colliard [1940]. Óleo sobre cartón,
65,00 x 44,00 cm. Museo de Málaga.
|
El Museo de Málaga tutela una serie de obras que
no responden a otra razón más que al deseo de los pintores por formar parte del
elenco de artistas presentes en sus colecciones, como el caso que nos ofrece
José González de la Peña, barón de Forná. Tras el fallecimiento del pintor en
el año 1961, su viuda donó a la madrileña Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando un nutrido conjunto de pinturas, acuarelas y dibujos. La baronesa, en cumplimiento de la voluntad filantrópica de su esposo, instó a la corporación
a que distribuyese mediante depósitos algunas de estas piezas por distintos
museos españoles, entre los que se incluyó el entonces Museo Provincial de
Bellas Artes de Málaga, según carta recibida en la institución el 18 de
diciembre del año 1964. Con la valoración favorable de su dirección terminó su
tramitación e ingresaron dos obras del pintor, recibidas en
Málaga el día 2 de noviembre de 1965. Los óleos depositados están íntimamente
vinculados con la vida de los barones en la localidad francesa de Anglét, población situada entre Bayona y Biarritz. La primera es una visión de interior de su residencia
“Villa Fortuna”, un amplio salón abierto al frescor del jardín donde
plácidamente lee la baronesa sobre un mullido sillón orejero; mientras que la
segunda, la que aquí nos interesa, presenta un bebé en tradicional composición
de lactancia.
L’Atelier. Óleo sobre tabla, 49,50 x 60,00 cm. Museo de Málaga.
|
José González de la Peña nació en Madrid en el
año 1887, en el seno de una familia perteneciente a la nobleza valenciana con
residencia estable en la capital española. A pesar de que sus padres desearon
que cursara alguna carrera universitaria o formación técnica superior, González
de la Peña se decantó por el ejercicio de la pintura que inició con una breve
asistencia al estudio del pintor Alejandro Ferrant y Fischermans. Animado por
estos primeros tanteos plásticos, en torno a sus veinte años exhibió un
conjunto de caricaturas en la madrileña Sala Iturrioz, a la que siguieron
algunas otras exposiciones en la capital y en la ciudad de Granada, antes de
decidir trasladarse a continuar su formación artística y a probar fortuna en
París. Instalado en la capital francesa, el joven pintor se dejó seducir por
los ambientes bohemios, donde pudo tratar a Utrillo, Picasso o Juan Gris y
recibió el apoyo de algunos pintores ya consagrados, como Anglada Camarasa e
Ignacio de Zuloaga, que le animaron a persistir en el difícil y competitivo
ejercicio de la pintura profesional. En 1915 se organizó una exposición
homenaje al pintor Darío de Regoyos en la capital francesa, bajo la denominación
de La Libre Esthéthique, a la que
González de la Peña presentó su obra “Novios gitanos” que recibió una crítica
muy favorable de José Francés. A pesar de su formación autodidacta, el barón de
Forná demostró una gran admiración por los maestros antiguos a los que estudió
con asiduidad y aplicación primero en el Museo del Prado, y más tarde en el
Louvre y algunos otros museos italianos, buscando en el continuo estudio de sus
modelos: mejorar su técnica y definir su personal estilo.
Castillo de Forná en Alicante (España). .© facilitada por Jean-Pierre Colliard. |
José González de la Peña, barón de Forná
(1887-1961).© Jean-Pierre Colliard.
|
Durante los años de la Primera Guerra Mundial,
decidió trasladarse a Cuba, para más tarde viajar por México y otras repúblicas
latinoamericanas, donde el pintor contrajo matrimonio con Dolores Elizondo. En
el año 1923, el matrimonio decidió regresar a Europa, comenzando un amplio
viaje por varias capitales europeas hasta decidir establecer su residencia en
la localidad francesa de Anglét. En “Villa Fortuna” los barones establecieron
una suerte de residencia familiar, taller del artista y museo que fue definido
por Modesto López Otero, director de la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, como la: Reunión en su taller de
una espléndida colección de cuadros, de grabados, de objetos artísticos y
curiosidades, así como una selecta biblioteca de arte, que expresaban su buen
gusto y su preocupación por todo asunto de valor estético. De su esmerado y
ávido gusto como coleccionista de maestros antiguos y de su compulsa lectura de
tratados y estudios histórico-artísticos resultó una intensa labor como
conferenciante y como escritor sobre distintas materias artísticas.
De su producción pictórica destacó especialmente
el género del retrato, elogiado por su amigo el crítico de arte Camille
Manclair, quien destacó su capacidad de captar a sus modelos a través de obras
en pequeño formato y técnica abocetada. También practicó con éxito la pintura
de paisaje y aquella dedicada a representar escenas taurinas, lo que definió
como sus “torerías”, muy demandadas en la capital francesa. Dentro de este
género obtuvo un gran éxito con la inclusión de veinte heliocromías en la
publicación El torero hoy, editada en
1928. Camille Manclair la definió como una suerte de nueva tauromaquia goyesca,
mientras que para el literato y crítico de arte Pierre Espiel alcanzaba
encumbrarlo como embajador en Francia de la mejor escuela española de pintura.
Estos éxitos de crítica y público le llevaron en su país de acogida a la
concesión del nombramiento de Caballero de la Legión de Honor francesa,
mientras que en España fue recibido como académico correspondiente en Francia
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su alta sensibilidad
artística se combinó con una visión filantrópica de sus colecciones de maestros
antiguos, cuyo mejor destino fue su donación al Museo del Prado en un gesto de
repatriación del patrimonio histórico-artístico español a sus legítimos
titulares, por cuyo gesto el Patronato del museo nacional solicitó para el
pintor la concesión de la medalla de Alfonso X el Sabio. En “Villa Fortuna”,
con gran aprecio entre sus vecinos, falleció el 25 de junio de 1961 el barón de
Forná, que quiso recibir sepultura en el hermoso jardín-cementerio de la localidad
pirenaica de Arcangues.
Retrato de Jean-Pierre Colliard [1940]. Trasera con escudo heráldico de la Casa Forná adherido. |
La pieza que nos interesa es un boceto al óleo
sobre cartón del niño Jean-Pierre Colliard, según se desprende de la lectura de
la trasera de la obra que no está firmada. Aquí, junto a las medidas de 65,00 x
48,00 cm del conjunto inscritas en el reverso de su marco, se lee en tinta negra el número ‘MA 433’ -registro en el Museo de Málaga-, mientras que en tinta y grafito negros presenta
la leyenda: ‘Nº 1088_ / 12-P / Jean Pierre Colliard / de 4 meses / marzo 1940’. En la trasera se encuentra adherido sello en tinta azul con escudo heráldico y leyenda
acolada: ‘Casa del Excmo Señor / Barón de Forná’. Por las inscripciones
presentadas se deduce la identidad del niño representado, Jean-Pierre Coillard
a los pocos meses de vida, y la fecha de ejecución en 1940. La composición la
centra, en formato apaisado, la figura íntegra del niño que eleva la mirada
hacia el rostro de la mujer que lo sostiene, de la que sólo percibimos la mano
izquierda que lo acuna recostado y la derecha que sostiene el pezón, objeto de
la lactancia. La paleta se reduce a tonalidades rosáceas para las carnaciones y
amplia gama de azules para el vestido vaporoso que sirve de fondo al niño, lo
que dulcifica la escena junto a ese aspecto abocetado que tanto había admirado
Camille Manclair en los retratos de González de la Peña, a través de la
combinación de largas pinceladas con ligeros y rápidos toques de pincel. Llama
poderosamente la atención el distinto tratamiento del bebé Jean-Pierre, mejor
definido en los contornos de dibujo y las concretas manchas de color, frente a
la indefinición casi como un ligero boceto de la figura femenina, desenfocada intencionadamente
en el amplio espacio del lateral superior izquierdo de la obra, concentrando
toda nuestra atención sobre el modelo infantil.
Retrato de Jean-Pierre Colliard [1940]. Museo de Málaga. |
El sentido nos lo ha ofrecido recientemente un
familiar del joven Jean-Pierre Colliard, que no sólo nos ha alumbrado sobre el
carácter de boceto preparatorio de otra composición final de la pieza, sino que nos ha facilitado imágenes de la
colección de obras de “Villa Fortuna”, donde existieron otras composiciones en
conexión con ésta. José González de la Peña desarrolló una intensa labor como
muralista, ejecutando algunas interesantes composiciones para la Salle de Sorcieres del Museo Vasco de Bayona, para el claustro del convento
capuchino de la misma ciudad, en la que orquestó una gran composición con San
Francisco, santos y bienaventurados franciscanos, así como otra decoración religiosa
para la iglesia de la villa de Arcangues,
en cuyo cementerio está sepultado, y para otros edificios religiosos y civiles.
L’Été [1941]. Salle des
Mariages.
Ayuntamiento de Anglét (Francia). © Jean-Pierre Colliard..
|
En el año 1941, José González de la Peña realizó
un amplio fresco para la Salle des
Mariages del Ayuntamiento de Anglét
con composiciones alegóricas sobre las cuatro estaciones, para cuyos personajes
empleó como modelo a numerosos vecinos de la localidad francesa. El panel
dedicado a “L’Été” presenta una escena campesina, en cuyo primer plano una
mujer alimenta a su hijo en el momento que acerca el almuerzo a su marido,
quien tras una frágil empalizada los observa arrobado, mientras que en último
término descansan los bueyes uncidos al arado, en la diaria tarea estival de la
labra. La obra tuvo como modelos a la esposa del pintor, Dolores Elizondo,
quien sostiene en sus brazos al niño Jean-Pierre Colliard, mientras que Edouard
Barrere, vecino de Anglét, los observa desde un segundo término de la
obra. La composición malagueña sería por tanto uno de los primeros bocetos que
el barón de Forná venía realizando para enfrentar las composiciones de la casa
consistorial de la localidad francesa, junto a algunos otros bocetos previos a la
obra definitiva de 1941. Al menos conocemos otro boceto de formato vertical, donde
se estudia la pose de Edouard Barrere en relación al joven Jean-Pierre
Colliard, con la casi desaparición de la figura femenina, tan sólo presente en la necesaria mano
que sostiene acunado al niño.
Retrato de Edouard Barrere y Jean-Pierre
Coillard en Anglét (Francia). © Jean-Pierre Colliard.
|
Agradecemos toda la información que hemos podido
reunir en torno a la producción de esta composición del Museo de Málaga a M. et Mme Jean-Pierre Colliard, quienes han demostrado enorme aprecio sobre la figura de José
González de la Peña, amigo personal durante muchos años de esta familia francesa, y el
enorme interés por el cuadro del casi recién nacido Jean-Pierre Colliard en nuestro museo, modelo para
una composición que garantizó su práctica inmortalidad en los pinceles del
barón de Forná y en la filantrópica visión que el matrimonio tuvo de su
colección.
Bibliografía:
AINAUD DE LASARTE,
Joan, 121 artistas catalanes de 1937.
Obras incautadas a la Generalitat de Cataluña [cat. exp., Salas del Palacio de
Exposiciones y Congresos, 1980], Madrid, Patronato Nacional de Museos,
1980, p. 58.
LÓPEZ OTERO, Modesto,
“El pintor José González de la Peña (1887-1961)”, Separata ACADEMIA, del Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando en segundo semestre de 1961, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando, 1961.
VV.AA., José C. de la Peña, su vida y sus obras, Caracas (Venezuela), Talleres de la Empresa El Cojo, [s.a., 1962].
VV.AA., José C. de la Peña, su vida y sus obras, Caracas (Venezuela), Talleres de la Empresa El Cojo, [s.a., 1962].
No hay comentarios:
Publicar un comentario