Entrada a la sala Degrain en el Museo de Bellas Artes en el
antiguo colegio jesuita en la Plaza de la Constitución en torno a los años
treinta del siglo XX.
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Antecedentes
La Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo se creó por Real Decreto de 31 de octubre de 1849, aprovechando
los años de pujanza de la capital malagueña para la promoción a través de las
Artes de sus capacidades económicas, sociales y culturales en seguimiento de
capitales andaluzas que ya las poseían como Sevilla, Cádiz y Granada; y
enmarcada en las reformas estatutarias decretadas por el Gobierno de Isabel II
en torno al año 1844, por la que se instaba a crear nuevas corporaciones de
segunda clase a lo largo y ancho del país. La
Ley de Instrucción Pública de 1857 confió al cuidado del Gobierno el
establecimiento de un museo en cada una de las capitales de provincia de la
nación, que para el caso local correspondió a la joven academia la formación
de un Museo Provincial de Bellas Artes en Málaga desde 1852.
Las iniciativas fueron
infructuosas desde un punto de vista institucional, no así en la formación de
una colección que se emplease principalmente como material docente para los
alumnos de la recién creada Escuela de Bellas Artes en 1851 y custodiada en el
Real Colegio Náutico de San Telmo, de quien recibió su patronímico por acuerdo
de 1883.
Con el Real Decreto de 24 de
julio de 1913, por el que se crearon museos provinciales y municipales de
Bellas Artes en aquellas capitales de provincia donde no existiesen, el Estado
instituyó el Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga, creado en régimen de
Patronato en 1915 e inaugurado en agosto del año siguiente. En esta coyuntura,
ambas instituciones patrimoniales fueron concomitantes, por cuanto la Junta de
Patronato se nutrió de los cargos electos de la corporación académica, desde su
Presidente hasta un elevado número de sus vocales, y en tanto que el director
del mismo fue nombrado de entre los académicos en su sección de pintura: Rafael
Murillo Carreras.
Formación de las colecciones del
Museo
La iniciativa de creación de un
museo provincial destinado a las Bellas Artes en Málaga había quedado en
suspenso tras el fallecimiento don José Freüler y Alcalá-Galiano, marqués de la
Paniega, quien había sido su único presidente desde su creación hasta el inicio
del siglo XX. Tras una decena de años sin apenas actividad, la nueva Junta
directiva de la corporación académica reactivó el interés en la creación del
Museo, para el que realizó un inventario de sus fondos en 1910.
El resultado de este inicial
inventario es la base del Acta de depósito de las obras de la Real Academia
de San Telmo el 18 de diciembre de 1915 en el Museo de Málaga. La
titularidad de esta inicial colección museográfica no está correctamente
discriminada en la mencionado acta, pues las colecciones iniciales se componían
de:
A.
Un grupo formado
por obras propiedad directa de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo
por adquisición o donación según criterios de: indudable valor patrimonial
(obras del sevillano Bernabé de Ayala), obras adquiridas como ayuda económica a
pintores y familias de académicos fallecidos (Murillo Bracho, Carolina Terán,
viuda de Bernardo Ferrándiz) o directamente relacionadas con el exorno del salón
de sesiones (Gutiérrez de León, José Moreno Carbonero, Antonio Muñoz Degrain,
etc.).
B.
Un segundo grupo
integrado por depósitos de otras instituciones, que se involucraron en
la labor docente de la colección como medio de enseñanza a los alumnos de la
Escuela de Bellas Artes de San Telmo, en dos grupos fundamentales: los
depósitos estatales (alguna obra pictórica y una importante colección de
grabados de creación -Alcaraz, Ricardo Baroja, Carlos Verger, etc. - y de
colecciones de la Calcografía Nacional en 1857); y de la Diputación Provincial
(obras de Emilio Ocón, Criado Baca, Enrique Simonet, etc.). En este caso, la
titularidad nunca ha dejado de ser de sus legítimos propietarios.
C.
Un tercer grupo lo
formó un confuso grupo de piezas procedentes de los distintos procesos
desamortizadores sobre los bienes religiosos en la capital y provincia
malagueñas, de cuyos conjuntos el más conocido es el grupo de ménsulas
figuradas mudéjares procedentes del desmonte del desamortizado convento de La
Merced. En este caso, la titularidad no es de la corporación académica que
actuaba como organización de tutela de estos bienes de propiedad estatal, y así
el artículo 2.1 del Real Decreto de 1913 establecía el ingreso en los museos
creados de: las pinturas, grabados, estatuas, relieves y demás objetos de
arte procedentes de las extinguidas órdenes monásticas y cedidos en calidad de
depósito por el Estado a las corporaciones de la provincia.
Busto de D. José Freüller, marqués de la Paniega, primer
presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo,
bronce de Rafael Gutiérrez
de León [1888].
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En las actas de la Academia de
Bellas Artes de San Telmo constan algunos de estos ingresos procedentes de
exclaustraciones, como los desmontes del convento de Santa Clara recogidos en acta
de 23 de enero de 1869.
El traslado de la sede del Museo
Provincial de Bellas Artes a los locales de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo (1922-1961)
La primera sede del Museo en un
piso de la calle Pedro de Toledo, desde su inauguración en 1916, fue cesión del
Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y nombrado del
Patronato del Museo, el marqués de Casa Loring, por lo que el Museo físicamente
no compartió en sus inicios inmueble con la corporación. No así la vida
administrativa, pues las sesiones de las Juntas de Patronato quedan reflejadas
mejor en las sesiones de la corporación académica, así como la documentación
hasta prácticamente la década de los años sesenta se confunde en los archivos
administrativos de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y del Museo.
No obstante, la producción documental de esos años es exigua si lo comparamos
con la tramitación administrativa posterior a la reunión de los dos museos
provinciales -de Bellas Artes y Arqueológico- en el Museo de Málaga por disposición
ministerial de 1973, año en que se desvinculan totalmente a pesar de que la
Real Academia continuó alojada en la sede museística en el Palacio de
Buenavista.
En 1922, el propietario del
inmueble que ocupaba el Museo lo vendió a la corporación teresiana y el Museo
Provincial de Bellas Artes de Málaga se trasladó a los locales de los que
disponía la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en el antiguo colegio
jesuítico de la actual Plaza de la Constitución de Málaga, donde se logró una
confusión mayor entre ambas instituciones, pues ya se compartieron: inmueble,
colecciones, administración y personal.
El incremento de colecciones de
la academia se reduce, durante estos años, a la primera de las vías del
apartado anterior, pues los depósitos de otras instituciones no suelen hacerse
ya a través de la Academia, así como los depósitos estatales desde los años
veinte y treinta a los sesenta que se realizan directamente al Museo
Provincial. No obstante, incluso en el caso de obras donadas por sus autores a
la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo por diversas causas (ingreso como
académico de número, correspondiente u honorario, donaciones de particulares,
etc.), son agradecidas en ocasiones mediante misivas por los directores
generales del ramo, como si sobre el Estado y su Museo recayese la propiedad y
tutela de las obras donadas.
El Museo de Bellas Artes de
Málaga en el Palacio de los Condes de Buenavista (1961-1997)
En 1961 culmina el feliz alumbramiento
de un proyecto largos años madurado, que pretendía unir los destinos de uno de
los edificios históricos más emblemáticos y olvidados de la ciudad: el Palacio
de los condes de Buenavista de la calle de San Agustín; y el Museo Provincial
de Bellas Artes de Málaga -desde 1969 sólo Museo de Bellas Artes-, constreñido
y asfixiado por los escasos locales de su anterior ubicación. En este caso, la
Real Academia de Bellas Artes de San Telmo se traslada al inmueble compartido con
el Museo, e invitada a permanecer en él desde 1973, reuniendo: Sala de
Sesiones, archivo histórico-administrativo y biblioteca en los locales de calle
San Agustín.
Recepción de Ramón Areces como académico en 1986.
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Con respecto al incremento de
colecciones que la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo posee, durante
estos años debemos mencionar tres importantes vías:
A.
En primer lugar, el
habitual medio de incremento de obra por los artistas y eruditos
artísticos que ingresan en la corporación, como hasta el momento venimos
comentando.
B.
En segundo lugar,
los encargos directos que se realizan para completar el exorno de la Sala de
Sesiones de la Academia y la galería de sus presidentes (Luis Bono, Roquero
Tovar, Cañete Sánchez, Capulino Jáuregui, Virgilio Galán, Torres Mata, Revello
de Toro, etc.).
C.
En tercer lugar,
importantes donaciones de familiares de pintores que realizan su depósito o
donación en la Academia sin otro fin que su exhibición en el Museo de Bellas
Artes de Málaga, siendo los casos más sintomáticos: los de la familia de Denis
Belgrano, que dona en 1976 tres obras para la exhibición en el Museo; la
donación de obras de la familia del poeta José Luna, en 1965; y, la más
importante por su extraordinario valor cuantitativo y cualitativo, la de la
familia del pintor malagueño José Moreno Carbonero en diciembre de 1967 y en
marzo de 1973.
D.
Obras premiadas en
los Salones de Invierno organizados por la Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo en el Museo provincial, como en el caso de los siguientes ejemplos:
Autor.
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Obra
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Nº
Inventario
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Observaciones.
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PÉREZ DE
PERCEVAL, Jesús.
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Madre de
Mojácar
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BA/DO00619
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Premio
“Picasso” en el III Salón de Invierno de 1967.
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POZO LORA,
Manuela.
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Descanso
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BA/DO01007
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Premio
“Pedro Sáenz” en el V Salón de Invierno de 1969.
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BORREGO
GUTIÉRREZ, Antonio.
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Mujer
sentada en bronce
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BA/DO00605
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Premio “Fernando
Labrada” en el VI Salón de Invierno de 1970.
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MONTES
LÓPEZ, Luis.
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Bodegón
interior.
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BA/DO01066
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Primer
Premio VII Salón de Invierno (I Bienal) de 1972.
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CARMONA
JIMÉNEZ, Rafael.
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Torso
[1973]
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BA/DO00838
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Premio en
el VIII Salón de Invierno (II Bienal) de 1974.
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Actualmente, los
incrementos de la colección adscrita a la Real Academia de Bellas Artes se
circunscribe a obras entregadas por los nuevos académicos y donaciones directas
a la corporación, pendientes de adscripción por depósito a las colecciones del
Museo de Málaga debido a un nuevo marco jurídico autonómico en materia de
patrimonio histórico y de museos. En este sentido, aunque no se han reformado los
estatutos de estas corporaciones desde la Real Orden de 1849, lo que requeriría
una reforma a través de una norma de igual rango y carácter general a juicio de Ramón Corzo, la
Real Academia de Bellas Artes de San Telmo actualizó su Reglamento en 1975,
previo por tanto al nuevo marco constitucional y autonómico, por lo que no ha
asumido en él ninguna de las nuevas circunstancias que marca el actual
ordenamiento jurídico en materia de museos y la distribución de competencias desde
1984 entre la titularidad estatal del museo y su gestión transferida a la
Comunidad Autónoma, a quien actualmente compete la valoración, aceptación y
tutela de estos nuevos depósitos académicos, autorizando sus depósitos.
Así mismo, para una
convivencia futura entre ambos se requerirá un nuevo acuerdo en la política de incrementos
bibliográficos de su extensa biblioteca, donde poder contemplar la posibilidad de aplicar una adecuada política
de expurgo que no hipoteque el crecimiento de la biblioteca especializada del Museo de Málaga con
publicaciones no afectas a las disciplinas concernidas por la institución, así
como de un adecuado sistema de distribución de sus publicaciones, para las que
tampoco pueden disponerse almacenes internos de acopio indefinido espacial y temporalmente.
Madre de Mojácar [1965] de Jesús de Perceval
(Almería, 1916 – 1985).
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Para aventurar el
futuro de esta vinculación, deseo hacer mías las palabras de Ramón Corzo Sánchez, de la
Universidad de Sevilla: … la Academia
malagueña ha sabido reivindicar su vinculación y ha obtenido que las nuevas
instalaciones corporativas se trasladen
junto al Museo al Palacio de la Aduana, para conservar su vinculo con un
patrimonio creado gracias al esfuerzo de los académicos.
Bibliografía
CAMACHO
MARTÍNEZ, Rosario, “Vinculación de la Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo en el Museo de Málaga”, Anuario
Real Academia de Bellas Artes de San Telmo 6, Málaga, 2006, pp. 15-20.
CORZO
SÁNCHEZ, Ramón, “Las Academias de Bellas Artes de Andalucía. Sus orígenes,
historia y organización actual” (conferencia impartida en la Real Academia de
Córdoba, el jueves 22 de octubre de 2009), Temas de Estética y Arte XXV,
Sevilla, Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, 2011, pp.
208-226. www.insacan.org/.../9%20RAMON%20CORZO%20SANCHEZ.pdf
(consultado 18/05/2015).
PAZOS
BERNAL, María Ángeles, La Academia de
Bellas Artes de Málaga en el siglo XIX, Málaga, Editorial Bobastro, 1987.
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