Translate

jueves, 27 de noviembre de 2014

La Fundación Picasso Museo Casa-Natal, de Sociedad Limitada municipal a demencia sin limitar


Fachada Fundación Picasso.


Si existe una institución cultural por la que los malagueños debemos sentirnos orgullosos y sacar pecho ante la labor bien hecha es de la Fundación Picasso Museo Casa-Natal, al menos hasta el momento. Entre otras razones, por cerrar un capítulo de incomprensión local hacia el fenómeno artístico que convulsionó el arte contemporáneo mundial desde una cuna en la Plaza de la Merced. Tras la definitiva salida de Pablo Ruiz Picasso de Málaga a principios del siglo XX, su vinculación con la II República Española —aceptando la dirección del Museo del Prado, desde su residencia francesa, y decidiendo el depósito del Guernica en el MoMA neoyorquino, hasta bien no se restableciese la democracia en España— y su renuncia a pisar suelo patrio hasta el fallecimiento del dictador, con la mala suerte de morir dos años antes, determinó que las administraciones públicas malagueñas impusieran la ley del silencio durante décadas sobre su pintor más universal.


Sólo Juan Tembory Álvarez, acompañado en su tránsito por el desierto de Baltasar Peña Hinojosa y un puñado de malagueños más, comprendió que la reinstalación del Museo de Bellas Artes de Málaga en el Palacio de los Condes de Buenavista en 1961 no podía tener un auténtico valor cultural y un discurso museológico coherente sin su clausura con una sala dedicada a Picasso. Las gestiones fueron duras, máxime si las encuadramos en la década de los cincuenta y en la escasa empatía de los poderes públicos locales con la figura del malagueño, por lo que las gestiones no pasaron de un compromiso de amistad con el mediador y secretario picassiano Jaime Sabartés (1881–1968), quien a cambio de las obras de Picasso que nunca llegaron a exhibirse en los muros donde hoy se presentan, legó su biblioteca personal. Así, en 1964 el Museo de Málaga pudo contar con un espacio picassiano en la denominada Sala Sabartés.

Sala Sabartés, Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga, 1964.


En este periodo tecnócrata y aperturista al turismo internacional, los gestores municipales aprovecharon la celebración del IV Congreso de Cooperación Internacional celebrado en honor de Velázquez para organizar una exposición de cerámicas picassianas de los alfares de Vallauris, para cuya instalación se trasladó a Málaga como asesor Sabartés, e inauguró una placa conmemorativa de su nacimiento en la casa número 15 de la Plaza de la Merced. Tan expresiva era la prudencia en los homenajes locales al pintor, que la placa rezaba: En esta casa nació Picasso el 25 de octubre de 1881. Recuerdo del IV Congreso de Cooperación Internacional celebrado en honor de Velázquez. Febrero de 1961.

El consistorio de Pedro Luis Alonso asistió a lo que “el jabegote” calificó en las páginas de Hoja del Lunes como una nueva guerra púnica entre detractores y aduladores picassianos. Con estas polaridades electrizadas transitamos por la década de los años setenta hacia un cambio de régimen, que se agotó en un contexto internacional que superaba los telones de la guerra fría, y el advenimiento de la democracia, tras la que Málaga comienza su reconciliación con la figura de Pablo Ruiz Picasso.

El 25 de marzo de 1983 se procedió a la declaración de la Casa natal de Picasso como Bien de Interés Cultural y el municipio la adquirió para la creación de un centro picassiano. Superando las iniciales inclinaciones hacia la adopción de la fórmula Museo-casa natal, el equipo municipal encabezado por Pedro Aparicio, recientemente recordado por su triste pérdida, apostó con valentía por un Centro de Estudios picassianos en la línea que para este tipo de instituciones marcó la UNESCO en 1983, a lo que se podía acceder con cierta facilidad económica, aplicando coherencia y realismo ante un mercado del arte picassiano multimillonario.

Así, en 1988 comenzó la andadura de la Fundación Picasso – Museo Casa-natal, presidida por una íntima y entrañable relación con la familia del pintor, como atestiguan las donaciones de Marina Ruiz-Picasso, su nieta, y los diez libros ilustrados de Christine Ruiz-Picasso al año siguiente.

La dirección, encargada al pintor Eugenio Chicano, produjo brillantes frutos, ya que comprendió que la institución no podía quedarse en una foto fija sobre el artista que se mantuvo en permanente evolución e informando las corrientes artísticas de su tiempo, instituyendo desde el mes de enero de 1989 la beca Picasso para artistas plásticos. Así mismo, las periódicas celebraciones de los octubres picassianos, feliz fórmula de acercar a la población la significación internacional del maestro desde distintas propuestas adaptadas a sectores socio-económicos y educativos distintos, fueron cimentando la imagen de importante centro de estudios del pintor en el sur peninsular, donde los más importantes especialistas en su amplia obra creativa tenían por excelso privilegio ser invitados a sus actos y ciclos de conferencias. Estas actuaciones, además, fueron incrementando el fondo documental y bibliográfico de la Fundación, como la donación realizada por la profesora de la Universidad de Yale en torno al II octubre picassiano, Marilyn McCully.

© SUR, 2003.

El siglo XXI se abrió con la nueva dirección de Pedro Pizarro, quien pretendió dar un giro más museológico al proyecto y el 25 de octubre de 2002 inauguró una sala-estudio decimonónica que, en palabras del gerente, respondía a la necesidad expresada por los visitantes de saber cómo era el ambiente de época de la casa, rompiendo con el espacio museográfico aséptico y puro que hasta el momento habían ofrecido las salas de exposiciones de la Fundación.  

 En agosto de 2003 Mari Luz Reguero asumió la dirección del centro, valorando la interesante labor de su antecesor respecto a la promoción del arte contemporáneo, pero comprometiéndose en la recuperación de la esencia misma de la Fundación: buenas relaciones con la familia Ruiz-Picasso y promoción de nuevas exposiciones y eventos picassianos. A ello debemos sumar la asunción del nuevo proyecto en un difícil contexto, al desembarcar en Málaga el Museo Picasso Málaga, promoción de la Junta de Andalucía, para el que tanto Diego Maldonado, por entonces Concejal de Cultura, como su nueva directora mantuvieron en todo momento una actitud de apoyo, colaboración e interacción entre los dos espacios picassianos, aunque lamentablemente las buenas intenciones municipales no fueron entendidas por la administración autónoma.

Dos fueron los pilares fundamentales sobre los que asentar el nuevo proyecto de la Fundación Picasso: una necesaria ampliación de sus espacios, para poder aumentar las salas expositivas; y el incremento selectivo y razonable de las colecciones, en función de sensatas y estratégicas gestiones internacionales.

Tras lograr sin especiales dificultades la primera en 2005, aunque por el camino quedaran propuestas como la incorporación a la Fundación del inmueble del cine Astoria, especialmente brillante fue la segunda con la adquisición del: “Entierro del Conde de Orgaz”, con 12 aguafuertes de Picasso y prólogo de Rafael Alberti, adquirida en el año 2003 en Chicago; la colección de 223 litografías (1945-1964) de Jan Lohn el mismo año; la serie de 15 grabados (1904-1906) de la serie de “Los Saltimbanquis” en 2005; y, sobre todo, la adquisición en Ginebra del cuaderno número 7 de dibujos preparatorios para “Las Señoritas de Avignon” (junio-julio 1907) en 2006, además de algunas piezas cerámicas y ediciones ilustradas del pintor. Desde mi punto de vista, las actuaciones más brillantes con respecto a la Fundación de Francisco de la Torre y su legado histórico en relación con la figura de Pablo Ruiz Picasso en Málaga.

© Sur, 9 de junio de 2006.

Mientras, la estructura interna de la Fundación se fue afinando desde el inicial encargo recibido por Marilyn McCully para definir el centro de estudios picassiano a finales de los ochenta, y se fue formando una plantilla estable de magníficos profesionales que cimentaron, más allá de sus directores, la brillante singladura de la institución, algunos de ellos desde su creación. Entre ellos se buscó a su nuevo director, siendo la conservadora de la colección Lourdes Moreno la seleccionada para desempeñar tal cargo por el Consejo rector de la Fundación en diciembre de 2007, sobre todo avalada por sus gestiones en las adquisiciones de la colección Jan Lohn y el cahiers 7º.

Lourdes Moreno impulsó desde su dirección la normalización de la institución dentro del Sistema Andaluz de Museos que la nueva legislación autonómica en materia de museos y colecciones museográficas abría en el año de su nombramiento, así como la ampliación de la plantilla con profesionales adscritos a departamentos tan necesarios como conservación y restauración de la colección y difusión, mediante procedimientos de acceso reglados por concurso-oposición.

El resultado fue tan profesional y exitoso como cabría esperar desde la percepción de un técnico, y la Fundación acudió con sus colecciones a numerosas citas internacionales, dejando una imagen de seriedad y competencia en las labores técnicas del personal de la institución, de la que puedo dar fe por coincidencia en algunos proyectos, como correo del Museo de Málaga. Así, Lourdes Moreno situó a la Fundación a nivel internacional sobre la sólida base de proyectos directivos anteriores, como el indiscutible enriquecimiento de la colección, de la que ella fue directa artífice y partícipe.

La llegada de José María Luna a la Fundación se produjo con la salida de la anterior directora para liderar el proyecto del Museo Carmen Thyssen Málaga, encontrándose una máquina perfectamente engrasada y a pleno rendimiento, con proyectos internacionales ya cerrados y en marcha en distintas partes del hemisferio mundial. Su figura también está sólidamente avalada por sus años de dirección del Museo del Grabado Español Contemporáneo en Marbella y la granadina Fundación Rodríguez Acosta.

No obstante, no ha alcanzado a definir su perfil al frente de la Fundación, pues los proyectos de implantación de una sede del francés Centro George Pompidou y de los Museos Estatales de San Petersburgo en Málaga se han fagocitado la magnífica trayectoria de la Fundación, realidad enmascarada y minimizada por los fastos de estos castillos en el aire.

© SUR, 9 de noviembre 2007. 

La Fundación Picasso Museo-Casa Natal, una vez superado los trámites de inscripción en el Registro Andaluz de Museos que promovió Lourdes Moreno, se enfrenta a un cambio de naturaleza jurídica que creo debería comprometer su permanencia en dicho registro, ya que afecta a la definición de gestión de la institución y podría propiciar el acceso mediante un portillo no sólo al Pompidou y a los Museos estatales rusos en dicho registro, sino a cualquier otro proyecto que se incluyese bajo el amparo de dicha fórmula, con su consiguiente consideración para la administración autónoma como museo sin comprobar los mínimos estándares que la ley marca para estas instituciones.

La inicial fórmula de constitución de una “Agencia Pública” para la gestión conjunta de las tres instituciones ha sido retirada, tras los informes emitidos por el equipo económico del consistorio local, adquiriendo la fórmula de Sociedad Limitada enteramente municipal.

Hasta el momento no me consta el acuerdo del Consejo Rector que preside la Fundación para el cambio de sus estatutos en función de esa nueva naturaleza jurídica, según anotación en prensa, para permitir que su director y trabajadores continúen las negociaciones francesas y rusas en un limbo legal que no favorecerían los acuerdos adoptados por dicho órgano rector.  y consideraci distintas partes des. illo de Pompidou y Museos estatales rusos en dicho registro y consideraci distintas partes d

Publicidad Fundación Picasso, 2003.

Lo que si ha aprobado dicho Consejo Rector de la Fundación ha sido sus presupuestos para el año 2015, con un incremento desde el millón y medio largo de euros a casi diez millones. Lo más significativo es la nueva remuneración de su gerente o director, cuyo sueldo actual, según el diario Sur, es de 65.000,10 € más 1.600 € de dietas, que para el año próximo se incrementa en un 40% hasta 89.571,36 €, más un increíble incremento de 3.900 € en dietas (más del doble), lo que arroja un sueldo de 91.171,36 €, que supera a muchos presidentes autonómicos, a numerosos cargos de ministros, secretarios de estado o consejeros autonómicos.

La explicación consistorial local se me antoja peregrina, por cuando se justifica en un ahorro en nombramientos de gerencia para las dos instituciones nonatas y un justo incremento por aumento de la responsabilidad y tareas del director gerente de la institución picassiana. Como profesional de los museos se me antoja como la traslación de los “pelotazos” del ladrillo al sector público de la cultura, la educación y la sanidad, con los que tan alegre como inconscientemente juega el sector conservador de nuestro país.

Pero, ahondando aún más en la tomadura de pelo hacia un sector, el cultural, que está sangrando hacia la agonía por la aplicación de un Impuesto sobre el Valor Añadido que anula el escaso consumo cultural que la población española podría disfrutar y nos hace perder competitividad en proyectos nacionales e internacionales, el consistorio malagueño aduce motivos de ahorro en la nueva definición de la naturaleza jurídica de la Fundación. Este ahorro se sustenta, según declaraciones en prensa, en que la fórmula de Sociedad Limitada Municipal disminuye los gastos ocasionados por la aplicación del 21% de IVA cultural a los nuevos museos, tanto para su puesta en marcha como para su futura gestión. 

La administración que impone impuestos directos muy poco sensibles con las empresas e industrias culturales, reclama un ahorro en el pago de impuestos que son la base de financiación de estas mismas administraciones, cargándose de plano la labor ejemplar y la transparente gestión de la administración pública. La hipocresía de nuestros gestores políticos alcanza en este punto niveles de tal corrupción moral e indecencia ética que me impide continuar con el relato sin la provocación del vómito intelectual.

Bibliografía:
CABEZAS, Juan Antonio, “En Málaga con la infancia de Pablo Picasso”, ABC, Madrid, Prensa Española, miércoles 14 de junio de 1967.
Jabegote, “Las guerras púnicas. La Costa, fin de semana”, Hoja del Lunes, lunes 17 de febrero de 1967.
LÓPEZ, A.J., “La oposición critica el aumento salarial del 40% del director de la Fundación Picasso”, Diario SUR, Málaga, miércoles 26 de noviembre de 2014, p. 45.
MONTILLA, Ricardo G., “La Fundación Picasso gestionará como sociedad limitada los nuevos museos”, El Mundo, edición digital http://www.elmundo.es/andalucia/2014/07/03 (consultado el 26 de noviembre de 2014). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario