Translate

sábado, 20 de julio de 2013

Muerte de Escobedo. Lorenzo Vallés (Madrid, 1830 - Roma, 1910).



Lorenzo Vallés (Madrid, 1830 – Roma, 1910).
Muerte de Escobedo.
Museo de Málaga, depósito del Museo Nacional del Prado.

El género histórico durante la segunda mitad del siglo XIX no sólo tuvo un importante desarrollo en grandes formatos premiados en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, sino que también tuvo un destacado mercado entre la incipiente burguesía que deseaba emular el coleccionismo de la Corona, el Estado y la aristocracia. Los formatos pequeños no se consideraban entre los artistas y sus marchantes obras menores, sino que precisaban de una meticulosa ejecución y una apariencia fresca de luz y color que las hiciesen atractivas a sus consumidores, a excepción de obras abocetadas que servían de estudio a grandes composiciones o directos encargos de reproducción en formatos medianos o pequeños de grandes obras avaladas por su éxito de crítica y público, donde los condicionantes eran más personales al artista, en caso de bocetos, o exógenos en caso de adaptarse a las rígidas prescripciones de similitud con sus modelos de los coleccionistas que encargaban las obras.
Lorenzo Vallés fue un pintor singular en la producción de composiciones históricas, no sólo en las grandes obras como su Demencia de Doña Juana de Castilla (Roma, 1866), galardonada en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese año y adquirida por el Estado, sino en pequeñas composiciones como esta: Muerte de Escobedo. La pintura se centra en un episodio oscuro en la regencia de Felipe II y su secretario, Antonio Pérez, quienes mantuvieron una difícil relación con don Juan de Austria, hermanastro del soberano prudente, y su secretario, Juan de Escobedo (1530 – 1578).
El hijo ilegítimo del emperador había obtenido una enorme popularidad durante la pacificación y regencia de Flandes, por lo que de regreso en Madrid se pretende controlar la enorme influencia pública de don Juan de Austria mediante el asesinato en la tarde del 31 de marzo de 1578 de Escobedo, que en los mentideros madrileños se atribuyó a Antonio Pérez.
Como si de una viñeta de cómic se tratase, la composición se centra en el momento en que asistimos como espectadores a la emboscada que bajo los arcos de los soportales de la Plaza Mayor madrileña se organiza contra Escobedo. A nuestra izquierda se apostan los tres mercenarios que, encorvados en actitud cautelosa para no ser descubiertos, van a dar muerte al secretario de don Juan de Austria, cuya figura de noble caballero español del siglo XVI se recorta contra la única porción de cielo a la que se abre la angosta perspectiva de la calle. Mientras un caricaturesco personaje avanza hacia nosotros, haciendo señas al grupo de malhechores de que aquél de la regia figura es el sujeto a asesinar, personaje grotesco en su guiño descarado al grupo emboscado y en sus pases de baile casi de puntillas. Esta composición tan teatral, como si ante un escenario de opereta nos encontrásemos, subraya la valiente figura de Escobedo, recortado en las zonas iluminadas de la escena, mientras que a ambos lados, como al paño, se encuentran el delator y los asesinos en las zonas umbrías de la composición.
Carlos Reyero ha subrayado la linde estrecha de esta escena entre el tradicional género histórico y la pintura de costumbres, pues el acontecimiento histórico se transmuta en simple anécdota para desarrollar modos de vida del Siglo de Oro español en sus indumentarias y tipos. Posiblemente, la atracción de Vallés por el apuñalamiento de Escobedo se centre más en la puesta en escena de los personajes: indumentaria, ambientación arquitectónica de la escena, retórica en la actuación de los protagonistas, etc., más que en el suceso histórico mismo.
La obra fue donada al Museo Nacional de Arte Moderno y depositada en el Museo de Málaga por Orden Ministerial de 15 de enero de 1961 para aumentar las obras expuestas en su nueva sede en el Palacio de los Condes de Buenavista.

Bibliografía recomendada:
OLALLA GAJETE, L. F., Museo de Málaga. La pintura del siglo XIX, Madrid, 1980.
REYERO, Carlos, Imagen histórica de España (1850-1900), Madrid, 1987, p. 432.
REYERO, Carlos, La época de Carlos V y Felipe II en la pintura de historia del siglo XIX,  Barcelona, Ministerio de Educación y Cultura, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1999, pp. 74-75.
REYERO, C. y FREIXA, M., Pintura y escultura en España, 1800-1910, Madrid, 1995, p. 169.

No hay comentarios:

Publicar un comentario