Vista de la ciudad y roca de
Gibraltar asediada [Venecia, 1781]. Museo de Málaga
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En relación con las últimas negociaciones
que el Brexit ha motivado entre el
gobierno del Reino Unido y la Unión Europea, se ha deslizado en la compleja
vida política española el sempiterno tema de la soberanía británica sobre el
Peñón de Gibraltar y las aspiraciones nacionales por recuperar, racionalizar o
sobrevivir a un anacronismo en pleno corazón de la Bahía de Algeciras o Campo
de Gibraltar. La mal denominada, creo que desde un prisma hispano, colonia
británica ha sido objeto de disidencia entre dos países tradicionalmente
afrontados, que nunca han encontrado las condiciones necesarias a la solución
del problema de una larga convivencia, a la que vino a dar normalidad la
inclusión de ambos bajo el espacio común que ofrece la Comunidad Económica
Europea.
Hoy, España e Irlanda son los dos países
que más intereses tienen en la resolución por convenio de una salida que
reintegra el férreo concepto de frontera entre dos espacios simétricos por
próximos, cuyas poblaciones se habían habituado a la convivencia paneuropea. No
obstante, la historia es tozuda en recordarnos los acontecimientos sobre los
que se cimentan realidades que nos parecen anacrónicas, y en esta línea se
encuentra la última obra adscrita por el Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte al Museo de Málaga, integrándose en su colección estable.
Se trata de la estampa italiana: Vedutta de la cittá e rocca di Gibilterra
assediata [Venecia, 1781], sobre la tercera gran ofensiva de la corona
española para la recuperación de la Roca en el último cuarto del siglo XVIII,
hoy conocida como el “Gran Sitio”, tras su primer intento en el año 1704 y un frustrado segundo asalto en 1727. Esta nueva gran ofensiva tuvo su
origen en las negociaciones entre Carlos III de España y Luis XVI de Francia
por reeditar el pacto de familia entre ambas coronas en contra de Gran Bretaña,
explícito en la firma del Tratado de Aranjuez el 12 de abril de 1779. Así, España declaró la guerra el 16 de julio de ese mismo año, cerrando sus fronteras con
la plaza el siguiente día 21.
This pint is quaranteed / to be
a genuine / early specimen / R.J. Benzaquen, adherida en la trasera de la
obra enmarcada
© Del autor
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La estrategia española se centró en esta ocasión sobre un férreo bloqueo de la plaza británica para vencer a la guarnición militar y rendir a la población civil gibraltareña por desabastecimiento y hambruna, situando al frente del asedio al general Martín Álvarez de Sotomayor, diestro en abiertas campañas militares, quien se encontró frente al también destacado general George Elliott, que como ingeniero tenía mayor experiencia en asedios, siendo el personaje británico más idóneo para la defensa de Gibraltar en esas duras circunstancias, a juicio del profesor Sepúlveda Muñoz. La asistencia marítima al general Álvarez de Sotomayor, acuartelado tras la batería fortificada de Punta Mala frente al Peñón, le correspondió al almirante Antonio de Barceló, quien desde los puertos de Algeciras y Ceuta procuró el cerco de la plaza y dispuso una flota en la Bahía de Cádiz para impedir la asistencia naval británica.
La rendición rápida prevista por los
españoles no fue posible y hoy se mantiene historiográficamente un primer
período largo, entre el inicio de las hostilidades y el año 1782,
dominado por el asedio con escasos enfrentamientos militares, que terminó por
demostrar que la estrategia hispana no fue suficiente a la rendición de la
plaza, máxime cuando al año del inicio del bloqueo la armada británica
encabezada por el almirante George Rodney logró su abastecimiento y refuerzo del acuartelamiento con un regimiento de tropas escocesas. La segunda
fase del conflicto, posterior a la fecha del grabado que nos ocupa, se inicia
con el éxito militar español en la recuperación de la plaza británica de
Menorca en 1782 y la sustitución del general Álvarez de Sotomayor por el francés Berton
Balle de Quiers, duque de Crillon, general que se puso al frente de las tropas
franco-españolas para el definitivo asalto de Gibraltar. La estrategia de la ofensiva,
una vez comprobada la inutilidad del asedio, fue la construcción de unas
baterías flotantes que se aproximarían a la Roca con continuo fuego de
artillería, según diseño del ingeniero militar Jean Le Michaud D’Arçon. Los
movimientos hispano-franceses fueron advertidos por los británicos, quienes venían reforzando sus defensas portuarias y enfrentando el tunelado defensivo interior del Peñón,
en la forma en que hoy lo conocemos. El ataque iniciado el 13 de septiembre de
1782 fue un auténtico fracaso en la efectividad de los ingenios flotantes de
asedio, despedazados por los proyectiles y el fuego enemigo gibraltareño, resignándose España
el 3 de septiembre del año siguiente a la firma de la Paz de Versalles, entre cuyos
frutos se encuentra el reconocimiento de la independencia de los Estados Unidos por sus colonizadores, alzados en armas en 1774, y algunas
concesiones territoriales a las coronas francesa y española, en cuyo último caso la
devolución de soberanía sobre el Peñón de Gibraltar ni se mencionó.
Vue générale de l’assaut des batteries flottantes sur
Gibraltar le 13 septembre 1782. Anónimo [s.l., 1782]. Aguatinta, 588 x 335 mm
Anne S.K. Brown Military Collection. Brown
University Library
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El grabado responde por lo expuesto a la primera parte del "Gran Sitio" a la plaza gibraltareña (1779-1782), previo al desarrollo del asalto de los dos años siguientes, donde se presenta la fortaleza de Gibraltar desde la occidental Punta d’Europa (1) a la oriental Batteria della Regina Anna (19), frente al Ponte levatojo e gran fosso d’acqua (30) que comunicaba por tierra con la península, defendido por la Torre del Diavolo (31) y la Batterie nuove inglesi (32). Frente a ésta se situaron, según la leyenda del grabado, algunas instalaciones de la Avvanzata di Spagna (34), que lograron superar las fortificaciones británicas de defensa del perímetro de acceso a la plaza, desde el próximo Castel di Sta Barbara.
Plaza de
Gibraltar desde Punta de Europa a la fortificación de Torre del Diablo, sobre
la que campea con flecha la orientación de los vientos marcada por una flecha direccional
@ Del autor
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Internamente en el Peñón, próximo a Punta de Europa se presenta una amplia explanada, ocupada por: el Accampamento
inglese (2), un Quartieri capacci di
4000 uomini (4) y el Caserme per i
marineri (6), zona de concentración del acuartelamiento militar de infantería y marina presente en
el Peñón de Gibraltar, entre el Castello
del Sud (6) y la Batteria nouva
(3), compuesta por un largo malecón costero fortificado, con pautadas
estructuras en punta de diamante para la disposición de artillería
defensiva, hasta alcanzar el Baluardi con
bandiera inglese (7) y el Arsenale
(8). Más al interior se situó un nuevo Ospedale
per la trupa (9) y los Depositi di
Polvere (10), alejados de la inquietante primera línea de fuego en la costa y protegidos
a medio camino del escarpado terreno que alcanza por esta parte su punto más
elevado en el Salto del Lupo (13).
Por lo peligroso de mantener residencia tan cercana a los depósitos de
explosivos, durante el siglo XVIII entre los depósitos de la pólvora y el Salto
del Lobo se extendía el amplio Cimiterio
degli’Inglese (11), camposanto para la población anglicana británica.
El centro poblacional del Peñón de
Gibraltar lo constituye su urbe, Cittá di
Gibralterra quasi distrutta (24), que ocupa la zona más llana cercana a la
costa, defendiendo su segura ensenada los diques del Molo Vecchio y el Molo Nuovo, cada uno protegido desde tierra por un Baluardi con bandiera inglesa (7), en cuyo centro y frente a un banco de
arena se sitúa el defensivo: Baluardo del Molo (23). Una construcción
piramidal llama poderosamente la atención en el interior del espacio urbano,
que la leyenda aclara como Castello
antico dei Mori (17), vestigio patrimonial de las antiguas poblaciones
señaladas como islámicas que se asentaron en la ladera de la Roca. Joaquín Cestino nos describe la construcción del Moorish Castle, fechada en torno al año 1333 tras el asedio de Alfonso XI, del que hoy resta una doblemente almenada Torre del Homenaje o Torre Mocha, algunos antiguos lienzos murados que descienden desde las alturas del Peñón y restos de unos baños árabes, hoy integrados en el inmueble que ocupa el Museo de Gibraltar (Joaquín Cestino, 2007; 233).
Construcción piramidal del Moorish
Castle (c. 1333)
© Del autor
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La zona más escarpada del Peñón, de una
orografía que dista de la real fisonomía de la prominencia rocosa, presenta en
el grabado dos cumbres en las que campean sendas fortalezas coronadas por
bandera inglesa: Veduta piú eminente
della Rocca, o sia Monte Calpe, della altezza diun miglio e mezzo circa, che
rissulta 7500 piedi (22), en la posición más elevada como narra la leyenda;
y la Torre dei segnali, e guardia della
Rocca (14). Bajo la torre de vigilancia gibraltareña aparecen varías zonas
de tránsito seguro entre baluartes, siendo la más antigua por su topónimo hispano la Linea di Carlo V (12), ascendente desde
la zona de acuartelamiento, la Sfilata di
S. Michele, dove si piú imboscare mille soldati (15) y la Strade coperte fatte l’anno 1779 (16), es decir uno de los pasos
posiblemente subterráneos para el tránsito seguro de las tropas por las
entrañas de la Roca realizadas al principio del asedio español. El lugar más
elevado del Monte Calpe, que señala con leyenda 22, ofrece unos lienzos murados
que se adaptan a lo escabroso del terreno, siendo el más cercano a la ciudad el
Forte di Pasteles (18) y la ya
mencionada Batería de la Reina Ana, tras él. La cara más cercana a la unión
terrestre del Peñón dispone de dos nuevas Batterie
nuove per difesa della Rocca (21), inmuebles construidos para la defensa
del Peñón y desde cuya artillería se representan las bombas incendiarias con
sus respectivas trayectorias que hostigaban a las tropas españolas, una vez superadas ya
las defensas del puente por el que se accedía a la plaza, tal y como hemos
descrito.
Tras las fortificaciones inglesas de esta
zona, se extienden las Trincere Spagnole
(33), parte de las líneas que castiga con sus proyectiles la artillería
británica, donde se disponen el
Corpo di guardia di S. Benito (35) y el Corpo
di guardia de S. Mariana (37), en defensa de la Cittá di S. Rocco, hoy San Roque. Cruzando
el rio Lance, en la zona del Torreone di Gimena, se encontraba cerca
de su desembocadura el Magazino di
munizioni di guerra (40) y, entre esta zona de almacenamiento y la batería
de Punta Mala, el Allogio di Generali
(59), es decir la residencia del general Álvarez de Sotomayor. Rodeando la zona
de residencia del general y entre la que se encuentra el Parco Reale di Artiglieria (46), se concentraba el acuartelamiento
de las tropas hispanas en distintos batallones y cuerpos: Accampamento di Zamora (42), Accampamento
di Soria (43), Accampamento di Cavallaria
(44) y Accampamento di Guardie Spagnuole
(45).
Acuartelamiento de las tropas españolas tras la batería de Punta
Mala, entre el arroyo Lance y la desembocadura del Guadarranque
© Del autor
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Entre la desembocadura del Guadarranque y el Palmones sólo se encontraba la Torre degli Ammungli, mientras que entre el último y la desembocadura del arroyo de La Miel se extiende la Picciola cittá d’Algesiras (48) y los Isolletes d’Algesiras (52), mientras que frente a la ciudad y cruzando el cauce se levantaba el Castello d’Algesiras (49) y, en un islote frente a éste, la Isola e Forte di Palomas (51). Los promontorios rocosos más al oeste de la ciudad de Algeciras disponen de la Torre del Carnero (49) en la Punta del Carnero o Montone (50).
Costa africana
© Del autor
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Entre los puertos algecireño y ceutí,
circulando el Stretto di Gibilterra,
se distribuye la Armata navale Spagnola
(57), capitaneada por la Nave S. Gio: Batista
comandata da S.E. il Signor Comandante Generale Don Antonio Barceló (56);
mientras que en torno al puerto salvo gibraltareño se dispone la Armata inglese (58), protegidas por las infraestructuras defensivas de su muelle.
Hasta aquí la descripción de lo representado en el grabado, según dibujo de mayo del año 1781 del ingeniero militar de la alianza franco-hispana Sr. Ratinó, quizá predecesor de D’Arçon. La descripción topográfica y los acontecimientos representados corresponden al final de la fase primera del “Gran Sitio”, cuando ya fue un hecho evidente la inutilidad del largo asedio ante la ruptura del bloqueo marítimo por la armada británica y la rápida y costosa fortificación de la plaza. El autor de los diseños parece estuvo más interesado en la minuciosa descripción de las defensas británicas que era necesario abatir que en las hispanas, más allá de ubicar el asentamiento de los acuartelamientos españoles y el desarrollo por tierra de la ofensiva militar, única zona donde se explicita el fuego enemigo en hostigamiento de las tropas nacionales. Por las fechas de ejecución y siguiendo el relato de Cestino (Joaquín Cestino, 2004; 202-203), el grabado debe representar la definitiva ruptura del bloqueo por los británicos el 12 de abril de 1781, cuando cuarenta y tres navíos de guerra ingleses escoltaron a casi un centenar de naves de transporte hasta alcanzar puerto salvo gibraltareño, entre los protectores diques del Muelle Viejo y Nuevo, donde se concentran en el grabado las embarcaciones británicas. Por lo que respecta a la armada española, salieron desde el cercano puerto de Algeciras para evitar el abastecimiento y aumento del acuartelamiento en la plaza sin ningún éxito, cuyo frente ocupó la capitana San Juan Bautista del almirante de la Real Armada Española Antonio de Barceló (Galilea, Palma de Mallorca, 1717 – 1791), quien se encargó de comandar la flota española tanto bajo el mando del general Álvarez de Sotomayor como de su sucesor, duque de Crillon.
La
obra fue intervenida en el año 2014 por la Sección de Seguridad del Aeropuerto de
Málaga, en tránsito hacia Roma sin los prescriptivos permisos de exportación de
bienes con más de cien años de antigüedad, quedando bajo tutela pública en las Dependencias
de Aduanas e Impuestos Especiales de Málaga hasta la resolución del expediente
de infracción administrativa de contrabando por la Agencia Tributaria. Resuelto
el 20 de noviembre de 2015, el bien cultural fue adscrito al Museo de Málaga por acuerdo
del Consejo de Patrimonio Histórico en su sesión reunida en Córdoba el 10 de
marzo de 2016, retirando el personal técnico del Museo de Málaga la obra de las
dependencias aduaneras el siguiente 1 de junio, para terminar por quedar incorporado a la colección
estable de dicha institución desde esta fecha.
Hasta aquí la descripción de lo representado en el grabado, según dibujo de mayo del año 1781 del ingeniero militar de la alianza franco-hispana Sr. Ratinó, quizá predecesor de D’Arçon. La descripción topográfica y los acontecimientos representados corresponden al final de la fase primera del “Gran Sitio”, cuando ya fue un hecho evidente la inutilidad del largo asedio ante la ruptura del bloqueo marítimo por la armada británica y la rápida y costosa fortificación de la plaza. El autor de los diseños parece estuvo más interesado en la minuciosa descripción de las defensas británicas que era necesario abatir que en las hispanas, más allá de ubicar el asentamiento de los acuartelamientos españoles y el desarrollo por tierra de la ofensiva militar, única zona donde se explicita el fuego enemigo en hostigamiento de las tropas nacionales. Por las fechas de ejecución y siguiendo el relato de Cestino (Joaquín Cestino, 2004; 202-203), el grabado debe representar la definitiva ruptura del bloqueo por los británicos el 12 de abril de 1781, cuando cuarenta y tres navíos de guerra ingleses escoltaron a casi un centenar de naves de transporte hasta alcanzar puerto salvo gibraltareño, entre los protectores diques del Muelle Viejo y Nuevo, donde se concentran en el grabado las embarcaciones británicas. Por lo que respecta a la armada española, salieron desde el cercano puerto de Algeciras para evitar el abastecimiento y aumento del acuartelamiento en la plaza sin ningún éxito, cuyo frente ocupó la capitana San Juan Bautista del almirante de la Real Armada Española Antonio de Barceló (Galilea, Palma de Mallorca, 1717 – 1791), quien se encargó de comandar la flota española tanto bajo el mando del general Álvarez de Sotomayor como de su sucesor, duque de Crillon.
La
obra fue grabada en Venecia el 19 de julio de 1781, ciudad que gozó de una
especial relevancia en esta técnica artística durante el siglo XVIII, con un
importante elenco de grabadores y editores en estampas de reproducción. Sobre
los diseños del ingeniero militar, las planchas fueron abiertas y grabadas por
Gio Valerio Pasquali, adquiriéndose esta obra en la capital véneta, donde desde
1717 se venía protegiendo esta importante industria editorial a través de la asociación: Bottegha de Scultori e Stampatori in Rame di
Venetia.
Bibliografía
CESTINO, Joaquín, El
Estrecho. Treinta siglos de historia de Gibraltar, Tánger, Tarifa, Ceuta y
Algeciras, Málaga, Editorial Arguval, 2004.
CESTINO, Joaquín, Estrecho
de Gibraltar. Costas y ciudades, Málaga, Editorial Arguval, 2007.
SEPÚLVEDA MUÑOZ, Isidro, Gibraltar: la razón y la fuerza, Madrid, Alianza Editorial, 2004.
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