En el salón
de actos del Centro de Estudios del Exilio María Zambrano de Vélez-Málaga tuvo
lugar la conferencia, como invitado de la Sociedad de Amigos de la Cultura
de Vélez-Málaga (SAC), con motivo de las XII Jornadas: “Foros de Opinión”,
dedicadas en esta ocasión a los Museos.
La elección
del contenido de la conferencia se debe al intenso debate que hoy se vive en la
comarca de la Axarquía malagueña en torno a la inauguración el presente año del
Centro de Arte Contemporáneo de Vélez-Málaga (CACVM), un proyecto que se ha
venido desarrollando por varios equipos de gobierno municipal de distinto signo político, pero con la acostumbrada opacidad con la que las
administraciones públicas desarrollan estos proyectos culturales hasta su
puesta de largo en la presentación en prensa e inauguración.
La SAC de Veléz-Málaga
muestra especial interés por conocer las principales líneas generales que se
encuentran contenidas en su Proyecto
Museológico, cuya redacción es obra de la museóloga Eva Carreño Robles, con el asesoramiento del
museólogo Emilio Caro y el catedrático de Filosofía de la Universidad de
Murcia, Francisco Jarauta. El edificio
que albergará el futuro Museo ha sido rehabilitado y adaptado museográficamente
por Juan Miguel Hernández-León.
El presente
proyecto ha tenido dos ponentes en la Comisión Andaluza de Museos para su
inclusión como “Museo” en el Registro Andaluz de Museos y Colecciones
Museográficas de la Junta de Andalucía, uno de ellos el presente
conferenciante, que no podía desvelar ningún dato que estuviese sujeto a la
discrecionalidad lógica y razonable en estos casos. Por ello, creo conveniente
plantear la ponencia desde un plano general: qué pueden esperar los residentes en la comarca de
una institución museística de esta tipología museológica. Por los numerosos
proyectos que se están desarrollando en la provincia, me pareció fundamental
dividir la ponencia en dos bloques: el primero destinado a la definición de la
institución, desbrozando de entre los ejemplos provinciales qué son museos y
cuáles de ellos no pueden ser considerados como tales a tenor de su definición
museológica, incidiendo especialmente en el marco normativo del que las
administraciones públicas estatal y autonómica se han dotado para garantizarnos
la idoneidad y excelencia de estos proyectos, de los que entre otros elementos
es garante el dictamen de la Comisión Andaluza de Museos; y un segundo bloque
donde definiéramos el modelo “Centro de Arte Contemporáneo”.
En este
sentido, el mensaje de la conferencia pretendió ser didáctico para los
asistentes pues, según el desarrollo histórico de estas
instituciones en el siglo XIX el nacimiento de los Museos de Arte Moderno se
debió al deseo de mostrar aquellas obras seleccionadas de entre la producción contemporánea,
y no únicamente las obras del pasado, que se convirtió en una de las misiones
esenciales de la administración de Bellas Artes: una activa política de
incremento de colecciones contemporáneas para preservarlas en el futuro. En este
sentido, la administración pública no mantuvo una actitud objetiva en su
aplicación, sino que sancionó con sus adquisiciones el arte académico que
promocionó y aquellos contenidos que sustentasen la justificación de su
gobierno: el isabelino, el republicanismo tras la Revolución de 1868 y la
Restauración de la monarquía en la figura de Alfonso XII y durante la Regencia
de María Cristina.
La radical
transformación del modelo se debió a los nuevos planteamientos que para esta
tipología de Museos impuso en 1937 la creación del Museo de Arte Moderno
neoyorquino. En el camino del Movimiento del Arte Moderno en arquitectura, el
edificio del Museo ya no quiso recuperar modelos palatinos o templarios para
sus sedes, sino reflejar el estilo de su tiempo, así como desvincular a la
institución del rígido dirigismo anterior, aceptando su papel de estudio y
difusión del arte contemporáneo favoreciendo la creación artística. Es decir,
no tuvo como fin la adquisición de fondos museísticos, sino su simple presentación pública. De aquí a la formulación
del Centro de Arte Contemporáneo sólo se necesitó dar un ligero paso.
Siguiendo
los estudios de J.M. Oliveras y J. Montaner, hoy convivirían dos modelos de
museos de arte contemporáneo: el modelo “moderno” en la línea del Centro Pompidou parisino,
planteando un museo abierto y flexible, en la idea de desacralización de la
obra de arte, y donde se favorece la producción y el consumo cultural más
actual; y un modelo, el más directo heredero del Museo de Arte Moderno, que
mantiene una imagen más tradicional, manteniendo las estructuras habituales de
unidades expositivas en sala y galerías donde se potencia la exhibición
ordenada y sacralizada de las piezas, manteniendo el aura de “pieza de museo”
de aquello que se expone.
En el CACVM
podemos enfrentar cualquiera de esos modelos, presentando algunos de los
ejemplos de la provincia que han optado por uno u otro: el CAC Málaga
en el primer caso; y los numerosos ejemplos del segundo, como el Museo Picasso Málaga, el Museo del
Grabado Español Contemporáneo de Marbella, el Museo Peinado de Ronda o el Museo
Revello de Toro en Málaga.
En
cualquier caso, el CACVM será lo que su público objetivo reclame que sea, a pesar
de la final elección de un modelo por sus gestores públicos, pero creo importante que sea capaz de
vertebrar un conjunto de instituciones expositivas comarcales, públicas y
privadas, para la coordinada obtención de resultados culturales a favor de la
personal escuela artística de la Axarquía y su público conocimiento; y una
optimización de los recursos económicos, tan necesaria en estos momentos.
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