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domingo, 29 de septiembre de 2019

Crónica de una imagen. Panorámicas malagueñas de la Casa Laurent por Juan Antonio Fernández Rivero en el Museo de Málaga.



Acceso al Museo de Málaga
© Del autor, 2016



El pasado miércoles 25 de septiembre se ha retomado el ciclo la Obra del Mes con la inestimable colaboración de nuestra Asociación de Amigos del Museo de Málaga, contando en esta ocasión con los conocimientos historiográficos sobre la fotografía de Juan Antonio Fernández Rivero, quien junto a su esposa María Teresa García Ballesteros han sido para el Museo de Málaga pieza angular en la documentación sobre la crónica fotográfica decimonónica malagueña y filántropos desinteresados con el aporte de los fondos de su extensa colección para nutrir el audiovisual que se le dedicada en nuestra exhibición permanente. Cuando redactamos los textos de esta unidad didáctica, bajo el genérico epígrafe del pincel al objetivo fotográfico como coordenadas que ayudasen a entender al público la rápida sucesión de estilos en poco más de un siglo por los que transitó el género paisajístico, desde las composiciones cargadas de idealismo subjetivo en el estudio romántico, el realismo y naturalismo que persiguió la pintura saliendo al aire libre, la representación de impresiones y finalmente la abstracción alcanzada por los geómetras cubistas y los cromáticos expresionismos fauves en el umbral de las vanguardias, pusimos el énfasis en que fue posible en gran medida gracias a la irrupción de la técnica fotográfica en torno a 1839 como la aproximación mecánica más fiable en su veraz representación. Así, el texto sobre el triunfo de la fotografía fue corregido, depurado y afinado por este generoso matrimonio hasta mejorar la información pública suministrada, una labor por la que nos sentimos profundamente agradecidos. 


Presentación de la ponencia por la Dirección del Museo de Málaga y la Presidencia de la Asociación de Amigos del Museo de 
Málaga, junto a Juan Antonio Fernández Rivero
© Del autor, 25 septiembre 2019

Esta colaboración, que seguro iremos estrechando a museo abierto, la garantiza que ambos formen parte desde sus inicios de la multitud de asociados que conforma nuestra Asociación de Amigos, un extenso conjunto de maravillosas individualidades a las que siempre es grato recibir en las actividades que con coherencia se relacionen con las funciones de nuestra institución y el conocimiento de sus colecciones, que como en esta ponencia de Fernández Rivero contó con un aforo completo de nuestro salón de actos. En esta ocasión, la obra no forma parte de los bienes culturales exhibidos de forma permanente o los ofrecidos al público en el almacén visitable de nuestra planta baja, sino de una fotografía de la Aduana del Mar enseñoreando junto a la catedral la fachada marítima de Málaga a principios de la segunda mitad del siglo XIX. Este recurso museográfico posee un profundo sentido museológico, pues bajo el soporte de una lona retroiluminada en un marco semiesférico recibe al visitante en su ingreso al museo como un cálido abrazo del principal de nuestros bienes culturales exhibidos, una suerte de pórtico temporal que nos retrae al edificio asomado a las tranquilas aguas de la bahía y coronado por su original cubierta antes del incendio de 1922, perfil que ha recuperado el proyecto arquitectónico de nuestro Museo. 


Instalación del panel entre septiembre de 2015 y mayo de 2016
© Del autor, 2015 y 2016

Muchas son las consultas públicas que solicitan aclaraciones sobre autor y fecha de la imagen, siempre respondidas como panorámica de la Casa Laurent y compañía hacia la segunda mitad de la centuria decimonónica, por lo que nos parece enormemente pertinente la ponencia de Juan Antonio Fernández Rivero en la atribución de la amplia vista y la precisa datación de la imagen, perfectamente documentada por tan perspicaz investigador, así como la curiosa circunstancia de presentarse cercenada en ausencia de una cuarta placa fotográfica que cerrase hacia la zona portuaria de levante la panorámica original, finalmente no incluida en la cesión que el madrileño Instituto del Patrimonio Cultural de España realizó sobre el fondo de la Casa Laurent que tutela en su fototeca, y de cuyas circunstancias Fernández Rivero aventura una hipótesis tremendamente razonable. 
  

Texto de bloque “Del pincel a la cámara fotográfica”, audiovisual sobre la fotografía en Málaga en el siglo XIX, y texto de unidad “El triunfo de 
la fotografía”
© Autor, 2016

Las panorámicas urbanas constituyen uno de los fondos preferidos por los Fernández Rivero para su colección, una constante que los geógrafos y periegetas han representado desde que el ser humano ha pretendido obtener un preciso conocimiento del espacio que habita. Así, las amplias panorámicas que reproducen la fisonomía urbana de Málaga se han multiplicado, siendo los ejemplos seleccionados por el ponente la extensa vista malagueña realizada por Anton van den Wyngaerde en 1564 por encargo de Felipe II, el castellanizado Antonio de las Viñas cuyo dibujo se ha empleado como extensa decoración del espacio destinado en planta baja a cafetería, ilustrando los restos de las originales murallas que defendían Málaga aquí presentadas al público, así como la vista de la ciudad que dibujó Joris Hoëfnagel entre 1563 y 1567 para su inclusión, grabada por Franz Hogenberg, en Civitatis Orbis Terrarum, obra editada en Colonia en 1572 por George Braun, vista que también barajamos para su instalación en el espacio de cafetería, finalmente decididos por la vista de las Viñas.   


Lona con panorámica de Antonio de las Viñas (1564) en la cafetería del Museo de Málaga, sobre la solería 
acristalada que permite ver la muralla en este espacio de la planta baja
© Del autor, mayo 2016

Como afirma Fernández Rivero, los pioneros de la fotografía buscaron sus referentes compositivos en formatos y corrientes artísticas procedentes de la pintura, el dibujo y el grabado hasta llegar a formular un lenguaje propio al registro fotográfico, e indudablemente para las vistas panorámicas seguramente serían los referentes presentados. Las primeras fotografías de las décadas de los años cuarenta y cincuenta del siglo XIX, consideradas por Fernández Rivero como auténticos incunables previos a la explosión comercial de la fotografía durante la década de los sesenta, define dos tipos de panorámicas: aquéllas que dan cuenta de una amplia vista, mediante el empleo de una cámara fija estratégicamente situada para obtener el ángulo más amplio posible en una única placa; y la que mediante el mismo procedimiento, realiza varias fotos consecutivas girando la cámara sobre el trípode con ciertos hitos solapados que permitieran posteriormente su composición, reunidas en una amplia vista adheridas sobre cartón y fortalecidas a través del entelado de su dorso. 


Juan Antonio Fernández Rivero con la imagen de Charles Clifford sobre Málaga de  1859
© Del autor, septiembre 2019

De las primeras es expresivo ejemplo la vista de Málaga que realizó Charles Clifford (1819-1863) en el año 1859, mientras que de las segundas existen numerosos ejemplares, como el que nos ocupa. Esta técnica ya la empleó el daguerrotipo, con escasas piezas de enorme atractivo plástico y ávida búsqueda por los coleccionistas, al ser piezas con una única impresión en soporte metálico enmarcadas de forma conjunta. Las panorámicas en planchas de cristal sobre las que se obtenían manualmente copias sobre papel por directo contacto son la base técnica del destacable desarrollo comercial de la década de los sesenta, con un desarrollo que interrumpe abruptamente a principios del siglo XX la comercialización de la cámara de barrido, que permite la impresión de una única imagen panorámica por desplazamiento interno del objetivo, impresionando un negativo. 


Juan Antonio Fernández Rivero con proyección de algunos ejemplos de daguerrotipos de paisajes panorámicos
© Del autor, septiembre 2019

La imagen reproducida en el acceso al Museo de Málaga, obtenida por la suma de cuatro panorámicas consecutivas, ha sido atribuida por Fernández Rivero al fotógrafo valenciano José Martínez Sánchez (1807-1874), quien había instalado un profesional estudio fotográfico en la madrileña Puerta del Sol en torno al año 1857, un año después de la instalación del suyo por Jean Laurent y Minier (1816-1886). La asociación de ambos fotógrafos se produjo en 1867, cuando el Ministerio de Fomento contrató los servicios de Laurent para la rápida edición de un álbum fotográfico dedicado a las obras públicas españolas para presentarse en la Exposición Universal de París de ese año. La labor era ingente, pues el Estado pretendía presentar al mundo los avances que la corona española realizaba en la modernización del país, con la ejecución de vistas a lo largo y ancho de la nación en un tiempo record, para lo que se distribuyeron geográficamente España entre Laurent Minier y Martínez Sánchez, a quien correspondió en suerte Málaga. 

José Martínez Sánchez para la Casa Laurent & Cía, 1867
© Autor, 2019

Así, la panorámica ofrecida por el IPCE para su instalación en el Museo de Málaga fue tomada por José Martínez Sánchez, su auténtico autor, en 1867 desde la terraza alta de La Farola en una única sesión de impresión sobre cuatro planchas. La obra hoy es atribuible a la Casa Laurent ya que todo el material fotográfico de Martínez Sánchez fue vendido a la fima comercial antes de que el valenciano regresase a su pueblo natal, formando parte de los fondos de la Sociedad J. Laurent & cía, constituida desde 1875. Por tanto, la respuesta a todas las consultas públicas realizadas nos la ofrece a la postre Juan Antonio Fernández Rivero con su atribución al fotógrafo José Martínez Sánchez y su datación precisa en 1867. 

Visión central de la panorámica de José Martínez Sánchez para la Casa Laurent & Cía, 1867
© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca IPCE (MECD)

Como curiosidad, Fernández Rivero nos ofrece otra amplia panorámica de Málaga de la Casa Laurent de hacia 1880, unos trece años posterior a la anterior, cuyo autor tampoco parece que fuese el mismo Jean Laurent, fallecido seis años después y por tanto poco proclive al desplazamiento por toda España para actualizar e incrementar su extenso catálogo comercial, sino que hasta confirmación documental a un concreto fotógrafo, muy posiblemente local, queda atribuida a la casa comercial de referencia. Ambas vistas malagueñas son las únicas existentes de la Casa Laurent. 

Más curioso resulta el empleo de tres únicas planchas en la reproducción museográfica malagueña, relacionada con el mismo procedimiento técnico de obtención de los positivos en papel. Las planchas de vidrio sufrían tremendamente por la continua manipulación del fotógrafo en la obtención por contacto del positivo, lo que solía desgastar sus bordes y procurar accidentales descuidos que procurasen la pérdida de calidad de las posteriores reproducciones, siendo el más grave la fractura misma de la plancha de vidrio. Por esta circunstancia los fotógrafos solían realizar varias planchas sobre una misma vista, siendo las más numerosas aquellas más características o monumentales de la panorámica, pues en su comercialización también se vendían por separado, siendo éstas las más cotizadas. En nuestro caso, Martínez Sánchez realizó varias planchas de las dos primeras vistas del poniente malagueño, así como un número mayor de la tercera donde se representaba Aduana y Catedral, sin embargo solo se conserva una plancha fracturada de la cuarta plancha sobre el muelle de Levante, por lo que quizá se decidiese no reproducirla en la vista panorámica, junto a una razón puramente plástica según el formato empleado en la zona de acceso al Museo de Málaga. Probablemente, hubiese restado a la composición su actual atractivo por la forzada distorsión que impone su semiesférico enmarcado, extremo que confieso me ha resultado especialmente esclarecedor. 



Tercera y cuarta planchas de la panorámica de Málaga de la Casa Laurent, la enmarcada en rojo no se ha reproducido, siendo el único ejemplar 
conservado en el que se observa la rotura del soporte de cristal.
© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca IPCE (MECD)
 
Cuarta plancha no reproducida con las roturas del soporte en todo su lateral izquierdo
© Archivo Ruiz Vernacci, Fototeca IPCE (MECD)


Los fondos de la Casa Laurent fueron finalmente adquiridos por Joaquín Ruiz Vernacci (1892-1975), quien se hizo con unos 40.000 negativos datables entre 1858 y 1960, fondo que adquirió el Estado tras su fallecimiento. La fototeca del IPCE (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) conserva hoy el archivo Ruiz Vernacci, del que procede su cesión de esta panorámica para su instalación en el Museo de Málaga en torno al año 2015. Espero que la crónica de esta presentación en la reanudada actividad de la Obra del Mes sea de su interés, y haya aclarado dudas sobre autor y fecha de tan sugerente imagen. 

Para saber más: https://cfrivero.blog/about/
 

Charles Clifford, Panorámica de Málaga, 1859, panorámica obtenida con una única plancha fotográfica

Bibliografía:
FERNÁNDEZ RIVERO, Juan Antonio (1994), Historia de la fotografía en Málaga durante el siglo XIX, Málaga, Universidad de Málaga – Editorial Miramar.
FERNÁNDEZ RIVERO, Juan Antonio (2004). Tres dimensiones en la historia de la fotografía: La imagen estereoscópica, Málaga, Editorial Miramar.
FERNÁNDEZ RIVERO, Juan Antonio (2008), Málaga, fotografías desde la Farola (1852-1900), Málaga, Ámbito Cultural, Corte Inglés.
FERNÁNDEZ RIVERO, Juan Antonio (2008), Mirando a la cámara, Málaga, Claroscuro Ediciones.
FERNÁNDEZ RIVERO, Juan Antonio y GARCÍA BALLESTEROS, Mª Teresa (2017), Málaga desde sus atalayas 1854-1925, Málaga, Diputación Provincial.

1 comentario:

  1. Imposible decirlo mejor¡. Una suerte tener esta crónica para quien no pudo asistir a la conferencia. Muchas gracias José Ángel

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