Salvador
Viniegra y Lasso de la Vega, Salvador (Cádiz, 1862 - Madrid, 1915).
Bendición
de los campos en 1800 [Roma, 1887].
|
Salvador
Viniegra se trasladó a Roma el año 1882, cuando su profesor en la Escuela de
Artes Industriales y Oficios Artísticos de Cádiz, José Pérez Siguimboscu,
convenció al padre del pintor de que le financiase una estancia de estudios en
la capital italiana. Instalado en el taller de su amigo, el pintor sevillano
José Villegas Cordero, Viniegra inició una etapa de residencia en Roma y continuos
viajes a Cádiz, donde obtuvo una medalla de Primera Clase en la Exposición
Artística Provincial de 1885 por el Entierro de Isabel la Católica, adquirido
por el Ayuntamiento gaditano y motivo fundamental por el cual fue recibido como
académico de número en la Academia de Nobles Artes de C ádiz el 3 de octubre de 1886.
Tras
estos éxitos locales, el joven y ambicioso Viniegra decidió este último año comenzar un
enorme lienzo de historia para presentar a la Exposición Nacional de Bellas Artes madrileña
del año siguiente, a lo que su padre declaró de auténtica locura por la escasa
edad del pintor y su escasa trayectoria artística, solicitando de su compañero
Villegas que hiciese desistir al joven de tan alocado empeño.
Inútiles
fueron los esfuerzos por hacer desistir al pintor de su empeño, y Viniegra
comunicó en ese mismo año a su padre que la composición había variado la
temática histórica al uso, hacia un tipo de obra más cercana al género de costumbres: La bendición de los campos en 1800,
donde el protagonista serían los efectos de luz, pues es la
iluminación de amanecer o atardecer desde atrás de las figuras el efecto que interesa a
Viniegra captar, lo que aún preocupó más a D. Salvador Viniegra Valdés.
A
el Palacio de Industria y de las Artes de Madrid llegó la obra desde Roma para
la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887, a la que concurrieron hasta
quinientos cincuenta y un artistas. La obra fue muy admirada por la crítica
artística y recibió una unánime medalla de Primera Clase y el compromiso de adquisición por
el Estado.
En
el Diario de Cádiz de 5 de julio de 1887, Carlos Fernández Shaw publicó una
estimable alabanza de la obra: Ha sido un
cuadro de inmenso coste. Basta decir que hasta el último detalle estuvo tomado
siempre del natural: casullas, cruces, faroles, ciriales, sobrepellices,
estolas, llenaban el estudio del pintor gaditano. En Roma se le llamaba ‘La
Sacristía’. En la revista ilustrada El buscapiés de Puerto Rico, el
corresponsal en Madrid presentó una extensa crítica, donde se decía: El público, con su natural buen sentido, al
agruparse enfrente del cuadro de Viniegra, le ha otorgado el primer premio. Yo
voto, en esta ocasión, con el pueblo soberano. Porque si el cuadro de Benlliure
asombra, el de Viniegra, encanta. Veamos el asunto. Bajo un cielo en que parece
volcada la pureza de un alma; sobre un pedazo de tierra, donde las prematuras
hierbecillas de abril cubren de clara esmeralda la escena, se desarrolla la
sencilla acción de bendecir los campos el venerable sacerdote. A su alrededor
la gente del pueblo, a la usanza, de principios de siglo, póstrase elevando sus
preces con el ministro del Señor, para que los beneficios del Altísimo se
derramen pródigos fecundizando el suelo. La imagen de la Virgen, traída en
andas, en medio de la llanura, hállase rodeada de piadoso grupo, en que se
destacan figuras de variado carácter, desde el anciano al niño. Todos los
emblemas de las cofradías, todos los adminículos de las ceremonias procesionales,
aparecen en este escenario, sin que la riqueza de objetos, ni la multitud de
personajes, hagan errar la vista por los accidentes, distrayendo la atención
del conjunto culminante en la acción principal.
Este es el pensamiento y la composición
del bellísimo lienzo, pintado de modo intachable. El mágico esplendor de la
primera hora de una mañana de primavera, con sus albores centelleantes, su
atmósfera luminosa, su ambiente diáfano, sus brisas frescas, su cielo pálido,
casi blanco, están trasladados al lienzo, no con la exactitud matemática del
copista, sino con el arte del poeta que embellece y presta vida a sus
creaciones. El cuadro es un prodigio de luz, por más que algunos lo tachen de
una tendencia falsa. Nadie se ha apercibido aún, de que el joven artista
Salvador Viniegra, es un afiliado a la novísima escuela del ‘plein air’ ya
popular en París.
Eva
V. Galán (Granada, 1994; 399-400) nos informa que la obra fue posteriormente
expuesta en la Muestra Internacional de Bellas Artes de Viena y en la Exposición Internacional
de Münich, ambas de 1888, en las que obtuvo sendas medallas de Oro, y en la
Exposición de Budapest en 1890. Por todos los galardones reunidos con la obra,
se le concedió a Viniegra la Encomienda de Isabel la Católica y concesión de
beca para la Academia española en Roma, que obtuvo por oposición en 1889.
Finalmente
la obra fue adquirida por el Estado por Real Orden de 8 de agosto de 1896,
pasando a los locales del Museo Nacional de Arte Moderno.
El
enorme interés suscitado por la obra llevó a Barcelona a solicitar su depósito
en su museo, a lo que el omnipotente prócer Federico de Madrazo informó en los
términos que siguen: No puedo convenir en
la cesión del cuadro La bendición de los campos en 1800, puesto que habiendo obtenido primera medalla, en el último certamen
oficial, conviene que permanezca en este museo, como una de las mejores y
últimas producciones del arte pictórico español, bajo cuyo concepto ha de pasar
en su día al edificio en construcción para la biblioteca y museo, actual
edificio que ocupan la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico Nacional en
el madrileño paseo de Recoletos.
Durante
la presidencia de Salvador González Anaya de la Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo y Patronato del Museo de Bellas Artes de Málaga y la ocupación de
Ricardo de Orueta de la Dirección General de Bellas Artes en Madrid, se logró
lo que Barcelona no había conseguido: el depósito de la que se llamó La procesión del Rocío en Málaga mediante Orden
Ministerial de 17 de octubre de 1931, junto a la medalla de Primera Clase en 1892 de Enrique Simonet y Lombardo: Flevit
super illam.
Las
obras no llegaron al Museo hasta 1933, según facturación de la empresa
encargada del transporte La España Artística, artículos para Bellas Artes Vda.
de A. Macarrón.
Existen
varios dibujos preparatorios de la obra, así como otras dos versiones muy
inferiores: otra obra firmada también en Roma, propiedad al menos en 1989 de un
familiar del pintor en Jerez de la Frontera; y un segundo de iguales
dimensiones y firma, regalo del pintor a un amigo doctor en Medicina, que debe
ser fue vendido en torno a 1979 y puede relacionarse con el existente en la
colección Bellver. Si no fuese así, según investigación de Germán Viniegra
Guernica (Cádiz, 1989) deberíamos hablar de una tercera versión.
Salvador
Viniegra y Lasso de la Vega, Salvador (Cádiz, 1862 - Madrid, 1915).
Bendición
de los campos en 1800 [Roma, 1887], Colección Bellver.
|
La
obra se exhibió en la sede del Museo: en el ex-colegio jesuítico de la actual
Plaza de la Constitución malagueña desde 1933 a 1961; en el Salón Central –Sala Orueta, según relación de obras existentes en el Museo en 1953 de su director, Rafael Murillo Carreras;
en la Sala de Pintores del XIX desde 1961 a 1984; y, posteriormente, en la Sala
de las Exposiciones Nacionales hasta 1997, ambas en el Palacio de Buenavista, hoy Museo Picasso Málaga.
Museo de Bellas Artes de Málaga. Plaza
de la Constitución, Sala Ricardo Orueta, posteriormente pintores del siglo XIX
(1933 – 1961).
|
Si desde 1933 el Museo de Málaga ha exhibido como excepcional producción del realismo academicista decimonónico la gran tela de Salvador Viniegra en espacios muchos más exiguos del que se dispondrá en el Palacio de la Aduana, esperamos que el diseño museográfico de sus salas dé adecuado acomodo a una obra que consideramos central no sólo para la plástica artística nacional del siglo XIX, sino de la propia historia de la institución. Si no fuera así, quizá podríamos colegir que el diseño no será el acertado y necesario.
Bibliografía recomendada:
GALÁN, E. V. Pintores del Romanticismo Andaluz, Granada, Universidad de Granada,
1994.
VINIEGRA GUERNICA, G., Un pintor gaditano en Europa: Salvador
Viniegra y Lasso de la Vega, Cádiz, Caja de Ahorros de Cádiz (Serie Arte,
5), 1989.
No hay comentarios:
Publicar un comentario