sábado, 8 de junio de 2013

Eros en el Museo de Málaga, de tradición a mito cultural: Ninfas y faunos.



Ninfa perseguida por un fauno



Roberto Chaveau de Vasconcelles
Bonce.
Museo de Málaga.
Donación la viuda del autor en 1966 al Estado y depósito en el Museo de Málaga.





Hijas de Gea, diosa de la Tierra, las ninfas son diosas menores que representan la vitalidad y fecundidad de la naturaleza, de ahí que reciban distintos nombres si se tratan de ninfas marinas, fluviales, arborícolas… Habitualmente se representan como voluptuosas jóvenes que desnudas recorren los paisajes naturales con sus alegres cantos y bailes, siendo adoradas por los humanos para ganarse su protección y beneficiarse de su capacidad fecundadora. Frente a las hermosas y alegres ninfas, el mito desarrolló otra serie de divinidades menores de oscuros instintos, que se refleja en su apariencia grotesca y monstruosa, los sátiros o faunos. También están relacionados con las fuerzas fecundas de la Naturaleza, integrantes del cortejo báquico de Dionisos, mitad humanos y mitad machos cabríos. Ninfas y faunos han representado las fuerzas en continua atracción y rechazo en la naturaleza: el principio de atracción fecundo femenino y el de persecución engendrador masculino. El escultor francés Roberto Chaveau plasmó en bronce el inestable equilibrio entre ambas fuerzas, inmortalizando el instante en el que los musculosos dedos del fauno logran apresar la grácil muñeca de la ninfa, que no deja de atraer al enamorado con el ligero paño que ondula en el aire entre las dos figuras. El trato de las formas es expresivo de ambas fuerzas contrapuestas y en continua atracción: de pulida suavidad en las voluptuosas formas de la ninfa y de tosco acabado en el fauno. 

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