Eros como inspiración del artista
La tumba del poeta
Pedro Sáenz Sáenz (1864 –
1927).
Óleo sobre lienzo.
Museo de Málaga.
Donación familia del pintor
al Museo de Málaga en 1961 con motivo de su instalación en el Palacio de
Buenavista.
Mnemosine,
la Memoria, tuvo nueve hermosas hijas dedicadas al cuidado de las Artes
Liberales, las Musas, que se reunieron en torno a Apolo en un espacio natural
que recibió el nombre de Museo. El artista estaba sujeto a su inspiración y
pertenece a la tradición cultural occidental el flirteo entre ambos. Así, tanto
se ansía la asistencia de las musas al acto creador, como la Musa se resiente
por la inactividad del artista. En el marco del decadentismo de finales del
siglo XIX y primer tercio del siguiente, el pintor malagueño Pedro Sáez
representó el luto de la Musa por la muerte del poeta, donde se reflejó toda la
simbología del llanto amoroso por la voz poética silenciada: las flores
marchitas se abandonan desperdigadas ante el catafalco del poeta, su musa se
recoge íntima con el pelo cubriendo su rostro para no mostrar su llanto y la lira,
instrumento musical que representa al poeta, está velada por un tul negro en
señal de duelo. La desnudez simbólica de la musa-modelo se mantiene en la línea
clasicista de la tumba marmórea de su fondo, que se abre hacia el ambiente
mediterráneo que presta su nítida luz al desamparo de la enamorada en ausencia
de su cantor.
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